Por Raúl Choquevilca*. En la última jornada de la 5° Cumbre del Agua para los Pueblos de Abya Yala en la escuela secundaria de la localidad de El Moreno fue reincidente y con justa causa el reclamo y demanda al Gobierno de la provincia y Nación, respecto a su rol de ejecutar y dar cumplimiento a la esencia y espíritu de leyes de derecho indígena incorporadas en la Constitución Nacional desde 1994 y de toda otra normativa afín de alcance nacional e internacional.
Ante la simple mirada, se presenta lejos, muy lejos, la consumación o realización del imperio de la ley. Por el contrario, en la esfera oficial, sus representantes campean en una suerte de solapado «incumplimiento de deber de funcionario público».
Por ende, tales desempeños oficiales se traducen en obligada repulsa y repudio de parte de las comunidades indígenas dado que tales conductas no hacen otra cosa que reflejar un grado de anomia fatal, típica de una degradación inverosímil en las relaciones sociales del presente.
Si fuera solamente desidia tal vez en su semántica no implicaría suponer otra actitud diferente o intencionalidad maliciosa, pero lo cierto, real y concreto es que tales iniciativas representan connivencia, complicidad y prebendismo.
«¿Qué otra puede significar la sanción del R.I.G.I. en el ámbito de la cámara provincial jujeña?», según ha trascendido suspicaz en más de una ocasión durante las exposiciones de esta cumbre.
A propósito, esta convocatoria «ha superado felizmente todas las expectativas puestas en juego», resumió uno de los organizadores de Coranzulí.
Otra voz muy potente, desde la misma cuenca del Salar de Salinas Grandes y Guayatayoc, «con las empresas extractivistas del litio nada tenemos que tratar o abordar. Aquí el único interlocutor válido y responsable indelegable de esta situación es el Estado. Tiene que hacer la consulta previa, libre e informada, atento al artículo VI de la Resolución 169 de la OIT, hecho que hasta el momento no sucede», sentenció Verónica Chávez.
Otra mujer de Collamboy, Aurora Choque, líder indígena de la Puna Sur-Oeste, sostuvo «díganle al presidente que en esta causa yo voy a morir con las ojotas puestas», parafraseó al presidente Milei, quien dijo previo al balotaje del año pasado ante un rumor de abandono de su candidatura «Yo soy naturalmente un gladiador. No concibo otro resultado distinto que morir con las botas puestas».
En otro pasaje del masivo cónclave indígena no se dejó pasar por alto la notable insidia, arbitrariedad y autoritarismo que no abandona el gobierno local, antes con Gerardo Morales y ahora con su delfín, Carlos Sadir.
«Es impresionante el embate y arremetida que aún padecemos desde el lado del gobierno. Apuestan a sembrar cizaña, a dividirnos, a debilitarnos, nos quieren tristes, desunidos y derrotados, pero no lo van a conseguir. Esta lucha ya la tenemos ganada. Para ellos es cuestión de tiempo, para nosotros solo es cuestión de perseverancia, resistencia y unión», proclamaron casi al unísono los representantes de Angosto de Perchel, Tusaquillas y Ocloyas.
*Excomunero de Ocumazo. Pueblo Omaguaka