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Al exministro de Salud de la Nación, Daniel Gollán, no le permitieron ingresar a visitar a Milagro Sala en el penal de Alto Comedero, a pesar de que se habían hecho los trámites correspondientes. La explicación de las autoridades penitenciarias fue que “se perdió” la nota que se había presentado. El exfuncionario pasó dos días en Jujuy en el marco de actividades organizadas por el Observatorio de Políticas Públicas.
“Uno quiere venir a dar testimonio de lo que cree y dar su apoyo, y también a interiorizarme, como médico, si alguna cosa pudiera aportar, ver cómo está su salud”, explicó en diálogo con El Submarino Diario.
Desde la puerta del penal, relató que se había presentado la lista con los nombres de las cuatro personas que pretendían ingresar, “y al llegar, sugestivamente, nos dijeron que la lista no estaba, que había desaparecido; les mostramos en nuestros celulares la foto de la nota que habíamos presentado, pero nos dijeron que no podíamos entrar”.
“Esta es claramente una de las respuestas que se dan para demostrar el supuesto poder discrecional que tiene para decidir sobre la gente, interpretó Gollán.
El exfuncionarios estuvo en Jujuy en el marco de una serie de actividades organizadas por el Observatorio de Políticas Públicas, entre las que se contó una mesa panel sobre el sistema público de salud y una recorrida por barrios de Palpalá. La última de la actividades era, precisamente, la visita a Milagro Sala.
Sobre la situación de la dirigente social y el resto de los referentes de la Tupac Amaru que están detenidos, Gollán interpretó: “Yo creo que forma parte de un mensaje que los sectores que gobiernan desde el 10 de diciembre le quieren dar a la sociedad”.
En este sentido, trazó un paralelismo entre lo que ocurre en la actualidad con la situación en 1955, tras el golpe que derrocó al presidente Juan Perón. “Es muy similar, casi diría en forma absoluta. Claro que en ese tiempo además se fusilaba, pero se destruían los símbolos del gobierno anterior y el mensaje era que nunca más se le ocurriera a un gobierno nacional, popular y democrático, volver a ampliar derechos, y hacerlo redistribuyendo la riqueza de los que tienen más hacia los que tienen menos”.
“Está claro entonces que cuando alguien hace una obra tan grande, de miles y miles de hogares a un costo muchísimo más bajo que el de las constructoras privadas, que se entregan en seis meses, donde trabajan cuatro personas en cada vivienda contra una persona en la gestión privada, hay muchos negocios que se caen y eso es lo que se quiere parar”, continuó.
Para Gollán, “se está judicializando la política de mala manera, y la verdad que no es bueno para nadie, para la gente y menos para la democracia, y creo que se está cometiendo una arbitrariedad porque en todo caso, si hay un proceso judicial, debería seguirse con Milagro fuera de la cárcel”.
“También hay que verlo desde la óptica de los derechos humanos, y están las condiciones en que están viviendo cuatro de las otras personas detenidas, en comisarías, realmente condiciones infrahumanas”, agregó.
Gollán se refirió también a la gestión social y cooperativa aplicada al ámbito de la salud: “Todo lo que una organización social sume en el cuidado de la salud es muy importante, y sobre eso hay experiencias en todo el mundo que lo demuestran”.
“La situación sanitaria en esas poblaciones cambia sustancialmente, porque todo el mundo toma conciencia, todos hacen los controles de embarazos, de vacunas, de crecimiento de los chicos; es decir, hay una sociedad que se preocupa por el cuidado de su salud. Y hay promotores de salud, promotores comunitarios, que van y se interesan por la situación se salud de cada una de las familias que quizás no están en condiciones de ir a un centro de salud”.
“Si la sociedad está organizada, cambian completamente todos los indicadores de salud. Y los sistemas de cooperativas cooperativas han trabajado fuertemente en el tema para conseguir esto”, concluyó.
Provincias en problemas
Entrevistado en El Submarino Radio (91.5 MHz.), Gollán describió un panorama preocupante que se da en todo el país a partir del retiro de programas nacionales de salud, lo que deja a las provincias en una situación difícil.
Mencionó como ejemplo la paulatina desaparición del programa Remediar, que entregaba medicamentos gratuitos en todos los centros de salud, y el de Salud Sexual y Procreación Responsable, y alertó sobre el faltante de insumos críticos como medicamentos y reactivos para el tratamiento del HIV-sida.
Lo mismo con el programa de médicos comunitarios, “que permite que médicos, psicólogos, trabajadores sociales y facilitadores trabajen en los barrios haciendo promoción de la salud”. Y puso el acento en los casi 700 promotores y efectores que estaban trabajando en la prevención de enfermedades por vectores con financiamiento de la Nación, que fue cancelado.
“Cada una de estas cosas que cesan es un derecho que se pierde, y cuando hablamos del derecho a la salud estamos hablando de la vida, la muerte y la calidad de vida de la gente”, advirtió Gollán.
-¿Cuál es su lectura?
-Es casi una posición ideológica, filosófica: el gobierno nacional plantea que las provincias se tienen que hacer cargo de la salud. Pero las provincias tienen serios inconvenientes para implementar políticas públicas en general, y si se retiran estos programas, se generan unos baches que difícilmente se puedan solucionar. Ya están los ministros de Salud de provincias reclamando. ¿Cómo cubren eso? Porque además las provincias están todas con problemas, están endeudándose en forma alarmante. Las autoridades provinciales van a tener que reclamar fuertemente a la nación.
Sobre el proyecto para implementar una cápita, que sería de 37 pesos por paciente y por mes, aclaró que “la nación va a transferir a las provincias esta cápita en forma decreciente; es decir que con el tiempo las provincias se tienen que ir haciendo cargo de la salud total de toda su población”.
En suma, Gollán cree que todas estas medidas van a llevar a la privatización del sistema de salud, y dio como ejemplo lo sucedido en Colombia, donde hoy todos los efectores son privados y es un modelo meramente asistencial: “Es decir, si usted se enferma lo curan, pero desaparecen todas las políticas de prevención y promoción”.
