Por Paula De Lillo. La dirigencia del Frente de Izquierda (FIT) tiende por estos días vínculos hacia otros espacios, como el peronismo y la CGT, con el propósito de reforzar la oposición ante las políticas públicas y económicas que busca implementar el gobierno de Javier Milei, aunque señalan puntos de diferencia y cuestionamientos.
La masiva movilización del pasado 24 de enero en ocasión del paro general de la CGT encontró a las distintas organizaciones políticas y sociales de la izquierda marchando junto a sectores del peronismo con un reclamo común: la defensa de la clase trabajadora y el rechazo a las medidas políticas y económicas del Gobierno.
De esta forma, la izquierda, que durante los pasados cuatro años mantuvo fuertes críticas al gobierno de Alberto Fernández y que siempre ha expresado sus cuestionamientos al peronismo y a la dirigencia sindical tradicional, coincidió esta vez con estos sectores ante un escenario económico y social alarmante.
Esta postura en común se evidenció durante la votación en el Congreso de la ley Bases, que tanto el FIT como el bloque de Unión por la Patria (UxP) rechazaron en general.
«Estamos a favor de la unidad de acción, ya sea con el peronismo o el radicalismo y con quienes quieran salir a luchar para derrotar el plan de Milei», afirman desde el Frente de Izquierda, donde se impulsa y convoca a la coordinación de distintos sectores.
Sin embargo, estas coincidencias no están exentas de cuestionamientos por parte de los partidos y militantes de la izquierda, que ven críticamente que sus agrupaciones políticas sean las únicas que «ponen el cuerpo» en las calles, como ocurrió durante las movilizaciones que tuvieron lugar la pasada semana frente al Congreso ante el debate del proyecto de ley Bases.
Por eso reclaman que haya una continuidad en el plan de lucha y que todo el peronismo en su conjunto, en sintonía con las centrales obreras, se sumen a la protesta y a la movilización.
«El peronismo y la dirigencia sindical brilla por su ausencia. Aunque hablen de oposición no están poniendo toda su fuerza, salvo con apenas cientos de militantes. Toda la disputa se va a resolver en las calles, estamos convencidos», afirmó Guillo Pistonesi, dirigente nacional del PTS, en diálogo con Télam.
Fue durante esas jornadas de movilización popular que se expresó otro punto de coincidencia al manifestase el rechazo generalizado al operativo policial represivo que llevó adelante la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, en cumplimiento del «protocolo antipiquetes».
Incluso, la Juventud Radical de CABA manifestó su repudio y convocó a concentrar luego de que, entre otras personas, la policía detuviera a una joven militante de ese partido, aunque en el Parlamento los diputados de la UCR votaron casi orgánicamente a favor de ley Bases, que fue aprobada en general.
«La protesta social es un derecho conquistado. Si el radicalismo fuera consecuente con su historia tendría que votar en contra de toda la reforma penal delirante que quiere imponer Bullrich para criminalizar la protesta social», señaló Pitonesi que también anticipó que el bloque del FIT-U rechazará «de plano todas las privatizaciones».
«Esto recién comienza. La CGT a partir del 24 de enero guardó silencio, pero tienen que llamar a un nuevo paro general activo si no quieren ser cómplices a un ataque directo a la clase trabajadora», apuntó el referente.
En ese sentido, Juan Carlos Giordano dirigente de la Izquierda Socialista (IS), añadió que, aunque haya un llamado «a la mayor unidad de todos los sectores que quieran derrotar el plan motosierra de Milei», mantienen «la independencia política».
El dirigente del Partido Obrero Gabriel Solano evaluó que hay un descontento creciente y «mucha bronca» social con las políticas del Gobierno, en un escenario donde muchas personas ven que «sólo la izquierda está peleando».
«Es cierto que hay más fluidez con el peronismo, pero, al igual que el radicalismo, hay colaboración con el Gobierno u omisión o una combinación de ambas. No hay que darle tiempo a que gobiernen como plantea el kirchnerismo, que quiere esperar a marzo o a abril. En ese tiempo pueden imponer la reformar laboral por decreto», advirtió Solano.
Mientras tanto, la izquierda se prepara para una nueva semana de movilización durante el debate legislativo de los artículos de la ley Bases que iniciará este martes, y anticipan que el 24 de marzo, en el Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia, será una fecha clave en la que diversos sectores van a confluir nuevamente.
«Puede llegar a ser una de las marchas más importantes de los últimos 40 años. Tenemos un presidente abiertamente negacionista y eso va a tocar una fibra enorme», remarcó Solano.