Por Javier Lewkowicz, en Página/12. El Fondo Monetario Internacional (FMI) tiene en carpeta una posible nueva investigación interna sobre el mega-paquete de financiamiento otorgado a la Argentina en 2018, bajo la presidencia de Mauricio Macri. Así lo expresó la Oficina de Evaluación Independiente (IEO por sus siglas en inglés) del organismo internacional.
En un informe cuya fecha de elaboración es el 19 de enero pasado, la IEO identificó una serie de posibles temas de evaluación para la gestión 2021-2022. Se trata de nueve propuestas de investigación entre las cuales está la “política de acceso excepcional”, en donde sobresale un “caso particularmente difícil como la Argentina”, admite.
La IEO tiene como objetivo “desarrollar evaluaciones objetivas e independientes sobre determinados temas en base a un criterio de relevancia según el mandato del Fondo” y en teoría sirve para “fortalecer la cultura de aprendizaje del FMI y la credibilidad externa” y para “mejorar la habilidad del organismo para aprender lecciones de su propia experiencia”. El argentino pareciera ser un buen caso para no repetir errores.
En una de sus propuestas de investigaciones para 2021-2022, la IEO menciona que la “política de acceso excepcional” a financiamiento fue introducida en 2002 para “proveer un marco para guiar las decisiones de otorgar préstamos a países miembros por montos que exceden a los límites normales, para cubrir desajustes particularmente grandes en la balanza de pagos».
Esta línea especial define cuatro criterios para justificar el acceso al fondeo. Uno de ellos es que la deuda externa del país miembro tenga una alta probabilidad de ser sustentable, lo cual está claramente en duda en el caso de 2018, dado el fatídico desenlace que se produjo apenas unos meses después de que ingresaran los 44 mil millones de dólares aprobados para la Argentina.
Los otros tres criterios del FMI para aprobar desembolsos extraordinarios tienen que ver con la fuerte necesidad del país para equilibrar su balanza de pagos, la posibilidad cercana del país de volver a los mercados internacionales de crédito privado y el compromiso para implementar un programa económico del FMI. Precisamente, fue la aplicación del programa del Fondo lo que catapultó a la economía argentina al vacío, bajo al mando de Macri y sus ministros.
Desde 2002, el FMI aprobó 21 acuerdos con acceso excepcional a financiamiento, lo que representa alrededor de una cuarta parte de todos los acuerdos de fondeo celebrados con países miembros. Sin embargo, el monto mucho más alto de estos acuerdos especiales hace que expliquen más de tres cuartas partes del financiamiento total que brindó el organismo en ese período.
En 2016, el Fondo modificó el criterio de sustentabilidad de la deuda y determinó que para los países que no llegan a sustentabilidad de la deuda con “alta probabilidad” sería necesario una reestructuración previa al préstamo. Desde aquel momento, solo 3 préstamos de acceso especial fueron aprobados: el stand-by de Argentina (2018) y los convenios con Ecuador y Egipto en 2020, en medio de la crisis de la pandemia.
La IEO admite que se trata de un tema muy complejo, por eso sugiere que una alternativa sería “una evaluación más corta focalizada en un caso particularmente difícil, el de Argentina”.
La IEO ya se refirió lateralmente a la situación argentina en su último informe anual sobre flujos de capital, del año pasado. «En diciembre de 2015, un nuevo gobierno argentino liberó rápidamente las restricciones a los movimientos de capitales. El staff no tuvo mucha chance de alertar antes de las medidas, pero los documentos internos tampoco advirtieron estas preocupaciones y estas cuestiones no aparecieron en las consultas del Artículo IV de 2016 y 2017, incluso cuando el país experimentó una salida muy fuerte de capitales y un freno en el endeudamiento de corto plazo. El staff del Fondo podría haber sido más enérgico en alertar sobre los riesgos involucrados en la eliminación rápida de las restricciones del movimiento de capitales y sobre la necesidad de fortalecer el marco macroeconómico para que sea consistente con una cuenta capital abierta», dice aquel informe.