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El fracaso del Banco de Desarrollo: «Morales es un gran vendedor de humo»

Juan Giusti

«Morales es un gran vendedor de humo», afirmó el abogado Juan Giusti al analizar el fracaso del proyecto del gobierno provincial de creación del Banco de Desarrollo, que no obtuvo la autorización del Banco Central y pasó a llamarse Agencia de Desarrollo. Para el sampedreño, se trató de una buena idea que no prosperó «porque son un grupo de inútiles o son unos corruptos», y reclamó que «expliquen a los jujeños qué pasó».

A fines de julio pasado, el gobierno provincial informó que el Banco de Desarrollo, creado en 2016, pasaba a denominarse Agencia de Desarrollo de Jujuy Sociedad del Estado (Adjse), por orden del Banco Central de la República Argentina (BCRA), que le quitó la autorización para usar el nombre de «banco».

El Banco de Desarrollo, creado en 2016 con la Ley 5994, fue el sucesor del Banco de Acción Social, que captaba y administraba los recursos de los juegos de azar como la lotería Súbito, la Tómbola, los bingos y las loterías de otras provincias, que pagan para comerciarse en Jujuy. «Una fuente de recursos que es inagotable», describió Giusti en diálogo con el programa Día 6 (FM Conectar 91.5).

El objetivo era que esa plata del juego fuera destinada a generar trabajo e impulsar la producción. Además, estaba la idea de que el banco fuera el agente financiero de la provincia.

Giusti recordó: «Desde que se privatizó el Banco de la Provincia de Jujuy, que pasó a ser el Banco Macro, la provincia se quedó sin agente financiero. Y es mucha la plata que el estado provincial le paga al Macro para que sea su agente financiero».

«Además sirve para pagar planes sociales, cobrar servicios, todas las funciones de un banco. Y por sobre todo captás recursos, además de los que tenés como banco, el diferencial de las tasas pasiva y activa (la tasa que te cobra con un crédito y la tasa que vos ponés cuando ponés un plazo fijo, ese diferencial es la ganancia del banco) sino también las comisiones.

«Hay que decir que era una buena idea -afirmó-. El problema es que desde diciembre de 2016 los correligionarios tendrían que haber hecho los trámites en el Banco Central para que le otorgue la autorización para funcionar como banco. Tuvieron tres años para lograr la autorización y ahora el Central les dijo ‘dejen de utilizar la palabra banco porque ustedes no son un banco’.»

-¿Por qué pasó eso?

-Porque a pesar de que la carta orgánica decía que los recursos del juego debían destinarse al proceso productivo, ellos lo que hacían era cubrir déficit de otros organismos del estado. O sea, a través del Banco de Desarrollo, el Estado se prestaba plata a sí mismo para cubrir los déficit de cuentas, por ejemplo del IVUJ, como está probado ante el Tribunal de Cuentas. Y después, cuando se quedaban sin plata para pagar sueldos en el banco, recurrían al Tesoro de la Provincia. Es decir que nunca funcionó como banco y tampoco como de desarrollo. Si le hubiesen dado la autorización, tendrían que rendir cuentas tienen ante el Central. Y no iban a poder hacer el manchancho de viáticos que hizo por ejemplo el presidente Marcelo Fernández, al que se le pagaron 3.000 euros para irse un mes a Europa en plena temporada alta.

-Cuando se creó el Banco de Desarrollo, se dijo que al Banco Macro no le iba a gustar que le quitara su clientela cautiva de empleados estatales. ¿Eso puede haber influido en el fracaso del proyecto?

-Yo estoy seguro que ha influido. No sobre las autoridades del Central, porque ahí no pueden, pero sí en las autoridades provinciales. Imaginate lo que implica que un banco de la noche a la mañana aparece con 100 mil clientes. Insisto: la idea es muy buena. Yo soy opositor al gobierno de Gerardo Morales, pero más soy opositor porque muchas buenas ideas que llevó adelante terminan fracasando porque son un grupo de inútiles o son unos corruptos. Es una gestión de marketing. Morales es un gran vendedor de humo. Ahora que les expliquen a los jujeños qué pasó.

-¿El cambio de gobierno nacional pudo haber influido?

-No, no creo. El presidente del Banco Central, Miguel Pesce, fue presidente por ejemplo del Banco de Tierra del Fuego, o sea que conoce lo que es la importancia de que existan los bancos provinciales. No hay una cuestión de línea política. Esto trasciende esa cuestión. Capaz que ellos lo hubiesen hecho, porque ellos sí son así. La derecha argentina, representada por el radicalismo, es así.

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