El calor excesivo puede producir efectos sumamente perjudiciales en la salud de las personas. Los más afectados suelen ser bebés, niños, adultos mayores y enfermos crónicos. Aunque este fenómeno, afecta a toda la población en mayor o menor medida.
Lo que comúnmente se conoce como golpe de calor se produce por la pérdida de agua y sales esenciales que el cuerpo humano necesita para el buen funcionamiento. Entre los síntomas se pueden destacar; dolor de cabeza, confusión, mareo o vértigo, nauseas, convulsiones, respiración débil, temperatura corporal elevada, pulso débil y piel enrojecida, caliente y seca.
En los bebés, también puede observarse la piel irritada por la transpiración en el cuello, pecho, axilas, pliegues del codo y en la zona del pañal, irritabilidad y llanto.
En el caso de experimentar los síntomas mencionados previamente se recomienda pedir ayuda y hasta que arribe el médico; ubicarse en un lugar fresco y ventilado, beber algo, aflojarse o quitarse la ropa, refrescar el cuerpo lenta y progresivamente con agua fría, no consumir medicamentos para bajar la fiebre ni tampoco friccionar la piel con alcohol.
A tener en cuenta: de ser posible, evitar salidas y actividades físicas en los horarios de mayor temperatura (10.00 a 17.00 horas) en el caso de salir procurar mantenerse en la sombra, usando sombrero y/o pañuelo ropa liviana, amplia y de colores claros.
Como sugerencia fundamental, tanto niños como adultos mayores deben evitar exponerse al sol, especialmente entre las 10 y las 16 horas. Si lo hacen, deben permanecer en lugares frescos, consumiendo frutas y verduras como principal fuente de alimentación, además de usar ropa clara y fresca.
En relación a los niños y niñas menores de 6 meses, es conveniente que la madre ofrezca el pecho con más frecuencia que la habitual. Para los niños mayores de 6 años, se aconseja ofrecerles bebidas en forma constante, aunque no lo pidan, como forma de evitar la deshidratación.
Recomendaciones. Ducharse o refrescarse varias veces al día. Aunque no tenga sed, consumir entre dos y tres litros de agua por día, evitar bebidas alcohólicas, muy azucaradas o con cafeína y evitar las comidas calientes, de digestión lenta o muy condimentada.
Los Hospitales y Centros de Atención Primaria de Salud están disponibles ante cualquier duda o consulta, así como para brindar atención gratuita a quienes lo demanden. Los primeros cuidados comienzan por cada individuo y la prevención sanitaria debe ser responsabilidad de todos.