Luego del incendio intencional en el Bachillerato N° 24 de la localidad de Lozano, se pusieron nuevamente a la vista varias irregularidades cometidas por su directora, que a pesar de haber sido denunciadas a la supervisora no tuvieron resultados. Hay cuestionamientos sobre el manejo de fondos y la contratación de familiares, entre otros.
La profesora Ramona Morales, directora del establecimiento, es denunciada por los padres por el manejo que hace desde varios años sin ningún control por parte de las autoridades educativas. Estas quejas, que vienen planteándose desde hace bastante tiempo, están en conocimiento de la supervisora, Iris Bosco Mecchia.
Una de las irregularidades es la existencia de la cooperadora escolar, que figura como tal pero nunca fue conformada por los padres de los alumnos. Sin embargo, ellos realizan cada año el pago voluntario de la cuota, por el que les extienden un recibo no oficial, lo que implica que no existe un control del manejo de los fondos. Tampoco tampoco hubo alguna reunión convocándolos para rendir cuenta del destino del dinero que aportan.
Los padres de los alumnos también quieren saber el destino de los fondos recaudados a través de una lota y rifas que se organizaron durante este año, con el fin de la construcción de la carroza para la Fiesta de los Estudiantes. Lo que sí se sabe es que se conformó una comisión revisora de cuentas integrada por docentes, lo que no figura en ningún estatuto de ninguna asociación cooperadora.
Lo llamativo, afirman, es que el aporte que realizan no es realmente «voluntario», como dice el recibo informal que les entregan, y se lo disfraza como “pago por aporte escolar”. El aporte asciende a 500 pesos, más 25 pesos por inscripción. A esto se cuman 80 pesos por alumno por un cuaderno de notificación, cuando en todos los establecimiento se pide que cada estudiante lleve su propio cuaderno de comunicación, de acuerdo a sus posibilidades.
El uso normal de estos cuadernos de notificaciones en cualquier escuela es para citar al padre del alumno o bien para citar a reunión de padres de un curso determinado o general, pero en lo que va del año no se hizo ninguna reunión en este sentido, lo que, advierten, va en contra de lo que establece el Pacto Social Educativo que lleva adelante el Ministerio de Educación.
Sobre el manejo de fondos, según la directora y de acuerdo a lo informado a los alumnos, parte del dinero se utiliza para pagar a los docentes que dan talleres en contraturno, pero es sabido que estos cargos son en realidad abonados por el Ministerio de Educación. «¿En qué escuela se vio que los alumnos tengan que pagar por el dictado de estos talleres, cuando es un establecimiento estatal?», se preguntan los padres.
Así, cada alumno está pagando un total de 605 pesos, lo que multiplicado por los 140 estudiantes que cursan en el Bachillerato arroja una suma de 84.700 pesos. «Esto deberíamos manejarlo los padres para realizar arreglos o mejoras, como también para el mantenimiento de la institución», afirman, y dan como ejemplo la cuestión de los matafuegos, que al momento del incendio se encontraban vencidos.
Otro de los cuestionamientos se refiere a que la directora le cedió el manejo de una fotocopiadora a un familiar suyo, sin que se sepa si se llamó a licitación, como debió haber hecho, o si paga algún monto por este servicio. Los padres denuncian que hay otros parientes de la directora ocupando cargos de docentes y preceptores.
También se desconoce el mecanismo de concesión del kiosco que funciona en la escuela, lo que suma un problema adicional, ya que los alumnos tienen prohibido entrar con galletas, jugos y hasta termos con agua caliente, siendo que además la escuela carece del servicio de comedor o merienda. Este último aspecto es particularmente relevante para aquellos alumnos que vienen de zonas alejadas, como Bárcena, quienes muchas veces se tienen que quedar hasta la tarde para asistir a clases de Educación Física o a los talleres.
Finalmente, los padres denunciaron que la directora concurre a la escuela de lunes a viernes de 8 a 12.30 horas, pero en ese mismo horario dicta clases de Historia en un primer año, con lo que está cumpliendo dos funciones simultáneas.
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