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El Inti reivindicó a dos ex empleados desaparecidos por la dictadura con la reparación de sus legajos

El Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) reivindicó con la reparación de sus legajos laborales a los ex empleados Alfredo Giorgi y María del Carmen Artero, quienes habían sido dados de baja del organismo por faltas injustificadas, cuando en realidad fueron secuestrados y desaparecidos por la dictadura cívico militar en 1978.

En un conmovedor acto al que asistieron familiares y compañeros de trabajo, la ministra de Industria, Débora Giorgi, el vicepresidente de INTI, José Esperón; y el secretario de Derechos Humanos, Martín Fresneda; el organismo concretó la reparación simbólica del legajo de Giorgi y el compromiso de hacerlo con el de Artero, trabajadores de los centros de Plásticos y Química del INTI.

La acción «va mucho más allá de la reparación del legajo, porque recuperamos lo que la dictadura se encargó de romper: volver a valorar la solidaridad, el compañerismo, el trabajo», ponderó en diálogo con Télam Silvina Giaganti, integrante de la Comisión de Trabajo por la Reconstrucción de Nuestra Identidad.

La reparación de legajos, que tergiversan con las categorías «baja», «suspensión» o «despido por faltas injustificadas» la condición de desaparición forzada, es posible a partir del decreto 1199 por el que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner estableció, en 2012, que fuera consignada la «verdad histórica».

Silvina Giaganti, integrante de la Comisión de Trabajo por la Reconstrucción de Nuestra Identidad, dijo que “resulta un deber del Estado democrático consignar en los legajos de los empleados estatales detenidos-desaparecidos y asesinados como consecuencia de la acción del terrorismo de Estado entre 1955 y 1983, la verdad histórica respecto de la auténtica causal de cese de la relación laboral», establece el decreto que ya reparó centenares de documentos.

Giaganti contó que lejos de resultar la rectificación de un error meramente administrativo, «para las familias es un momento de rescate del ser humano que luchó para combatir las injusticias; la magnitud de esos legajos en los que está la partida de nacimiento de los hijos, que permite un registro real para alguien que tiene esa figura de ‘desaparecido’ al que todavía siguen buscando».

Entre los legajos reparados se cuentan los de la Comisión Nacional de Energía Atómica, la Administración Federal de Ingresos Públicos, Aerolíneas Argentinas, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, los ministerios de Economía, Trabajo, Salud y Desarrollo, y hasta el de un mozo de Presidencia de la Nación que fue víctima del bombardeo de 1955 contra la Casa de Gobierno.

«Cada acto que hacemos es muy movilizador hacia adentro de los organismos porque los que hoy somos empleados estatales vemos que hay otro Estado que se encarga de reparar estos hechos terribles, que sacaron al trabajador y su familia del ámbito social, dejándolos en la precariedad total sin el trabajo que sostenía la casa», refirió Giaganti.

Y también para los compañeros de trabajo: «Muchos conocieron a Giorgi y me cuentan que era un buen compañero, de esos que se interesan por cómo están los demás y llega contento a trabajar, por eso queremos que se valoren esos lazos hoy, porque ellos dieron la vida por un Estado presente, de construcción colectiva», afirmó.

«Hoy los empleados públicos tenemos un rol muy importante porque atrás de cada expediente hay gente que está esperando algo, y no somos ese empleado de Gasalla que en los ’90 le hicieron creer a la gente: somos el empleado público comprometido con el pueblo y los ciudadanos», reivindicó.

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