El exembajador argentino en Bolivia, Ariel Basteiro, presenta este martes en San Salvador de Jujuy su libro «Radiografía de una canallada», en el que relata los sucesos de 2019 en torno al golpe de Estado en Bolivia contra Evo Morales, poniendo el foco en la actuación del entonces presidente Mauricio Macri y su ministra Patricia Bullrich en apoyo a la asonada contra la democracia.
«El libro cuenta detalles y muestra prueba fehaciente de lo que fue el contrabando de armas del gobierno de Macri y Bullrich en pleno golpe a Evo Morales en noviembre del 2019», describió Basteiro en diálogo con El Submarino Radio (FM Conectar 91.5).
Basteiro fue embajador en Bolivia desde abril de 2021 hasta diciembre de 2023, durante el gobierno de Alberto Fernández. Dos meses después de su designación, reveló el hallazgo de material represivo en depósitos de la policía boliviana, sin documentación que los respaldara.
«El gobierno argentino de Macri y Bullrich no solo tramó y ayudó a generar aquel golpe a la democracia contra Evo, sino que aparte envió municiones, armas químicas, gases lacrimógenos, bombas de estruendo y gas pimienta en cantidades», aseguró, y precisó que «cerca de 70 000 municiones, más de 2000 gases lacrimógenos y escopetas» fueron parte de los pertrechos enviados por el gobierno argentino de entonces.
Basteiro detalló que la noche del 13 de noviembre de 2019 salió de El Palomar un avión Hércules «cargado con gendarmes y todas estas municiones, con el supuesto objetivo de resguardar la embajada y la residencia del embajador, pero obviamente utilizaron eso como pantalla».
Esos pertrechos salieron del país «de manera totalmente irregular, de contrabando, sin haber hecho ningún trámite aduanero, robadas o entregadas sin ningún tipo de miramiento a la policía y al ejército boliviano por parte de Patricia Bullrich», afirmó.

Por los hechos de aquellos días hay abierta una causa judicial en la Argentina, en la cual hay 14 personas imputadas, entre otras Mauricio Macri, Patricia Bullrich, el excanciller Jorge Fauri , el exjefe de gabinete Marcos Peña y el exministro de Defensa Oscar Aguad.
También el jujeño Normando Álvarez García, que era el embajador en el momento del golpe y actualmente ocupa el ministerio de Gobierno, Justicia, Derechos Humanos y Trabajo de la provincia.
«La causa en Argentina ingresó en julio de 2021 y cayó en feria, y en esos 20 días primeros el fiscal a cargo la movió bastante, pero después entró en una lentitud rayana con el cajoneo -señaló Basteiro. Solamente se llamó a declarar a los gendarmes, que era cortar el hilo por lo más delgado».
Documentos, testigos y las armas halladas en 2021 son las pruebas fundamentales que abonan el expediente. «Están dadas todas las condiciones para que esa avance, pero el Comodoro Py colonizado por el macrismo, obviamente, hizo todo para que se frenara», comentó.
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Por otro lado, hay una investigación en curso en Bolivia que próximamente podría ir a juicio oral y público. Allí sí hubo avances. «Está preso el general Terceros Lara, quien fue el hacedor de una nota a Normando Álvarez García que descubrimos en la embajada dos años después y generó toda la investigación», remarcó Basteiro.
Además, en esa causa está procesado el exjefe de la Policía, Yuri Calderón, quien se mantiene prófugo. Y la expresidenta de facto Yanine Añez, quien asumió tras el golpe de Estado. «Ella tiene tres causas, por las cuales le dieron 12 años de prisión. Una es por el contrabando de armas y la masacre que generó ese contrabando. Porque el 27 de noviembre se dio la masacre de Sacaba, en Cochabamba, y posteriormente la de Sencata, y todo hace suponer que en parte se utilizaron las balas que envió el gobierno argentino de manera totalmente ilegal».
Tanto la causa en Argentina como la que se abrió en Bolivia son por el delito de contrabando agravado. «Todo contrabando es un crimen, pero cuando uno contrabandea armas o drogas, el Código Penal da un una sanción especial por la seriedad y peligrosidad de lo que se está contrabandeando», explicó Basteiro.
-¿Por qué este libro?
-Creo que como militante y como funcionario público, si uno conoce un ilícito, si sabe de hechos que no están acordes con la ley, debe denunciarlos. Y se corre peligro si no se cuenta la verdadera situación, porque a futuro puede haber otros que tergiversen la realidad y no digan todo lo que realmente sucedió y cuál es la cadena de responsabilidades en ese proceso. Me vi casi obligado a hacer el libro, teniendo la información, sabiendo cómo se había dado. Además en Bolivia la situación tomó mucho empuje, lo que no sucedía en Argentina. Entonces me di a la responsabilidad de que quedara escrito en algún lado. Es la manera de que permanezca en la memoria.
-¿En el libro también cuenta la conexión que hubo con Jujuy, con el entonces gobernador Gerardo Morales?
-Sí, el libro cuenta ese episodio, que no es parte directa sino que es una denuncia que había hecho en su momento Coco Garfagnini, un militante de la organización Tupac Amaru. Él pide que se investigue el curioso y dudoso viaje de Donald Trump a Bolivia, el recibimiento de Gerardo Morales y de Normando Álvarez García y la llegada de funcionarios de altísimo nivel a Jujuy en pleno desgaste y esmerilado que se le estaba haciendo al gobierno de Evo por aquellos tiempos.
-Eso fue poco antes del golpe contra Evo.
-Sí, fue en septiembre de 2019. Justificaron diciendo que Ivanka Trump venía a visitar una ONG de mujeres originarias que tejían con telar. Pero nadie se puede creer que Ivanka Trump, junto con el secretario para Asuntos Latinoamericanos del Departamento de Estado, el comandante del Comando Sur de los Estados Unidos, el jefe de la USAID, que es el organismo que tiene mayor presupuesto en Estados Unidos, y muchas veces se dice que es la pantalla o el medio de financiamiento para operaciones oscuras por parte de la CIA… nadie puede creer que todos esos personajes habían venido para sacarse una foto con tejedoras.
-¿Qué otras revelaciones contiene el libro?
-Lo que denunció Coco Garfagnini tiene algún nivel de conexión con lo que pasó un mes después, cuando se genera un levantamiento popular. El libro cuenta la curiosidad de ese levantamiento popular. Muchos creen, y el libro tiene elementos para confirmarlo, que fue también financiado y solventado por grupos paramilitares. Un mes después viene el golpe. O sea que fue todo un proceso que empieza mucho antes pero que desde septiembre hasta noviembre tuvo un aceleramiento. Y ahí Jujuy tuvo mucho que ver.
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