De acuerdo al relato de Reinaga, Vargas sigue en su casa, apoyado por sus propios padres, que creen que el castigo físico es una buena manera de educar. “Los padres de él me cierran el portón, cuando la policía fue a arrestarlo, su padre dijo que está bien que eduque así a su hijo, golpeándolo, para ellos es normal”, señaló la mujer, quien en las próximas horas tiene una reunión con la jueza de menores Beatriz Gutiérrez.
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