El PSDB mantiene San Pablo y el bolsonarismo perdió la intendencia de Río de Janeiro

El intendente de San Pablo, Bruno Covas, fue reelecto en la mayor ciudad sudamericana, mientras el liberal Eduardo Paes le arrebató al bolsonarismo la alcaldía de Río de Janeiro, en la segunda vuelta de las elecciones municipales en Brasil, en las que surgen ganadores partidos de centroderecha y derrotados tanto el Partido de los Trabajadores (PT) como el presidente Jair Bolsonaro.

Covas, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), catapulta así como precandidato presidencial para el 22 a su padrino político, el gobernador paulista Joao Doria, tras derrotar por 60% a 40% a Guilherme Boulos, dirigente que fue la sorpresa de la primera vuelta y fue apoyado por todo el espacio progresista y de izquierda. Tuvo Covas incluso el apoyo del expresidente Michel Temer.

En Río de Janeiro, cayó el intendente bolsonarista Marcelo Crivella, pastor de la Iglesia Universal, del partido Republicanos, a manos del derechista Eduardo Paes, exalcalde, del partido Demócratas, una de las fuerzas vencedoras del pleito municipal.

«Fue el regreso de la política», dijo Paes en su discurso vencedor, teniendo en cuenta que el comandó, con el presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, del derechista Demócratas, el regreso de un discurso a favor de la moderación contra el extremismo bolsonarista vencedor en 2018.

El PT de los expresidentes Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff tuvo una débil elección en la que logró la menor cantidad de intendencias de su historia: perdió en Recife y en Vitoria, y no gobernará ninguna capital.

En Recife, Joao Campos, de 27 años, hijo del exgobernador de Pernambuco y fallecido candidato presidencial Eduardo Campos, derrotó por 56% a 44% a su prima Marilia Arraes.

Campos eras el candidato del Partido Socialista Brasileño (PSB) en alianza con el Partido Democrático Laborista (PDT) del centroizquierdista Ciro Gomes.

El bolsonarismo logró una solitaria victoria en Vitória, capital del estado de Espirito Santo, el comisario Lorenzo Pezolini, contra el candidato del PT.

El izquierdista Edmilson Rodrigues, del Partido Socialismo e Libertad (PSOL) fue electo con una alianza con el PT alcalde de Belém, capital del estado amazónico de Pará, derrotando al bolsonarista Everaldo Eguchi, de acuerdo a informaciones del tribunal electoral.

En Vitória, capital del estado de Espirito Santo, en la región sudeste del país, el bolsonarismo logró la intendencia de la ciudad con el comisario Lorenzo Pazolini, famoso por haber invadido hospitales durante la pandemia para verificar la existencia de pacientes con Covid-19.

El presidente Bolsonaro votó en Río de Janeiro y deslizó que el sistema electrónico de votación que lo eligió desde 1992 diputado y en 2018 presidente debe ser mejorado, sin presentar pruebas sobre problemas en las urnas electrónicas que rigen desde 1996.

Bolsonaro, además, dijo que tenía «informaciones» que le «pasan» de que en Estados Unidos hubo «mucho fraude» en los comicios en los que fue electo Joe Biden y derrotado el aliado del brasileño, el presidente Donald Trump.

En Fortaleza, capital de Ceará, venció José Sarto, candidato del presidenciable Ciro Gomes, en alianza con Demócratas, al aspirante bolsonarista Wagner Souza, un expolicía.

Gomes logró victorias para su proyecto presidencial en Fortaleza, Maceió y Recife, restando poder al PT, mientras que el PSOL con su victoria en Belém y con la aparición de Boulos en la escena nacional también le restó visibilidad al partido de Lula.

En Porto Alegre la centroderecha con respaldo bolsonarista permitió la victoria de Sebastiao Melo contra la comunista Manuela Dávila, cuya victoria era vista como clave para posicionar al gobernador del nordestino Maranhao, Flavio Dino, como un presidenciable de la izquierda para 2022.

El caso más surreal de la política brasileña es el del intendente electo de Goiania, capital del central Goiás, Maguito Vilela, del Movimiento de la Democracia Brasileña (MDB) quien está entubado desde el 15 de noviembre tras haber sido contagiado de Covid-19, sin saber que fue electo con 52,2% de los votos.

La segunda vuelta electoral confirmó el giro hacia la derecha moderada respecto de la elección de 2018, dando plataformas para 2022 a los partidos tradicionales de centroderecha, muchos de los cuales forman parte del ocasional apoyo a la agenda económica de Bolsonaro.

Por Pablo Giuliano, en Télam

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