¿Para qué sirven los diputados? Eso parece haberse preguntado el electorado de Jujuy a la hora de emitir su voto el domingo pasado. Y la posible respuesta es preocupante: la cantidad de votos en blanco en la categoría de legisladores es significativamente mayor que la correspondiente a la categoría Presidente: más de 33.000 (7,43%) contra apenas 3500 (0,79%) en toda la provincia; casi diez veces más.
Una situación similar se dio en las elecciones provinciales del 9 de junio: la categoría Gobernador registró 21.325 votos en blanco, mientras que para legisladores provinciales la cifra trepó a 50.846, más del doble. Y volvió a repetirse en las PASO del 11 de agosto, con una diferencia aun mayor: 16.000 para presidente y vice, y 49.000 para diputados nacionales, es decir, tres veces más.
El voto en blanco es casi una tradición jujeña. “Al menos en las últimas cuatro elecciones, el voto en blanco es una fuerza política en sí misma”, comentó a El Submarino Diario Gustavo Mendoza, director de la consultora de comunicación política Hendu.
En su análisis, Mendoza repasó los datos: “En su punto más alto, el voto en blanco representó un porcentaje cercano al 10 por ciento del electorado, con alrededor de 65 mil electores, y habitualmente promedia los 7 puntos”.
Sobre el comportamiento de los electores en las elecciones del domingo pasado, el analista remarcó que “casi 35.000 jujeños han quedado sin representación legislativa, constituyendo una verdadera fuerza política que podría acceder a bancas en la Cámara baja”.
“¿Será que los dirigentes no logran percibir lo que le ocurre a su gente?”, se preguntó Mendoza, y agregó: “Claramente, la representación se ve discutida, por lo que será tiempo de cambiar de nombres, o quizás de propuestas”.
Claro que en esta falta de interés por las candidaturas legislativas hay también algo de prejuicio, cierta instalación de un sentido común fundado en la idea de que “los diputados no van a laburar nunca” o que “se aumentan el sueldo cuando quieren”. Mendoza cree que efectivamente existe un desgaste del Poder Legislativo ante la opinión pública, y que este hecho debería preocupar a la dirigencia. “Es evidente que los candidatos y las propuestas no invitan a acompañar”, indicó.
“La democracia exige fundamentalmente representación. Hoy la decepción hacia la dirigencia, a sus modos y propuestas, se llama voto en blanco. Y en Jujuy es como el lobo de Caperucita, siempre está”, concluyó el analista.