El Submarino Jujuy Noticias de Jujuy, Argentina y el mundo
Referentes de derechos humanos, abogados y abogadas, dirigentes sindicales representantes de comunidades y familiares fueron recibiendo en la puerta del penal de Alto Comedero a las personas que comenzaron a ser liberadas pasadas las 18 horas de este domingo. Aún permanecían detenidas 21 personas, 13 varones y ocho mujeres.
«La policía utilizó mecanismos represivos que dejan sin posibilidad de reacción, porque va contra los centros neurálgicos, causando lesiones gravísimas. La pérdida de un órgano es una lesión gravísima», dijo la abogada Alejandra Cejas, quien se presentó por la defensa de Camilo Haro Galli, periodista de Tilcara, y Hernán Oviedo, un turista de Buenos Aires, también arrestado el sábado. Por ambos en la causa interviene la Fiscalía de Delitos Complejos, y pedirá el cese de detención.
«Había un joven que perdió un ojo y permanecía internado en Maimará y otra señora está con perdigones en la cara, en la boca y en el ojo, pero no podían ser derivados en las ambulancia ya que solo esto estaba disponible para los efectivos policiales», denunció Cejas, y agregó: «Las balas de goma, por más que sean de goma, no podés hacerla (disparar) a la cara. Es una locura lo que están haciendo jurídicamente».
En la puerta del penal de Alto Comedero se mantiene una permanencia a la espera de la salida del resto de las personas detenidas. Por la tarde se hizo un corte parcial de la avenida Forestal para reclamar por la liberación y en repudio a la represión de este sábado.
En el momento de su liberación, el periodista Camilo Haro Galli, colaborador de El Submarino Diario, opinó que «hay un debilitamiento de la institucionalidad en Jujuy» y que «la calidad democrática está deteriorada».
En su caso, fue detenido mientras hacía la cobertura de la violenta represión desplegada este sábado en la Ruta 9 a la altura de Purmamarca.
‘Me da mucho miedo’
Conmovió especialmente el testimonio de Carmen Benicio, de la comunidad de Quera y Aguas Calilentes y Quebraleña, quien salió en libertad pasadas las seis de la tarde. Aún conmocionada, contó el miedo que sintió cuando la detuvieron. «Hasta ahora estoy temblando, me da mucho miedo, nunca entré a un lugar así», comentó.
Carmen fue liberada después de la visita del secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietragalla, y funcionarios del Consejo Federal para la Prevención de la Tortura. «Acá dijeron que íbamos a salir todas, y minutos dijeron que salía yo. Y me entró más miedo porque no sabía quién iba a estar afuera; no quería salir», contó.
La mujer habló con su abogada, quien la contuvo. Pero no se le fue el miedo. «No sabemos el riesgo que estamos corriendo», señaló.
«Mi familia está lejos, hay mucha gente buena que está peleando por los derechos que nos corresponde y todavía tenemos que pasar esta situación, mientras gente que tendría que defender los derechos que nos coresponde a cada ciudadano nos trajeron, nos hicieron daño, como delincuentes, perseguidos», continuó.
Carmen describió sus temores dentro del penal: «Venía gente que te preguntaba cosas. Uno no sabía en quién confiar, porque no conozco».
«No estamos pidiendo trabajo, no estamos pidiendo casa, no estamos pidiendo nada. Queremos que nos respeten los derechos de las comunidades indígenas», indicó.
Se refirió luego al sentimiento que le despierta el trato que reciben los pueblos originarios: «Cuando vengo a hacer un trámite a Jujuy, rara es la gente que abre la puerta para dejarte pasar al baño o darte algo. No tenemos nada y a veces sí o sí tenemos que venir. Si nosotros tuviéramos nuestra tierra… Cuando llega alguien de afuera, nosotros le ofrecemos nuestra mejor silla, nuestra mejor mesa, nuestra mejor comida. Hasta le ponemos manteles».
Sobre la protesta, contó: «Nosotros sólo queríamos hacer valer nuestros derechos. Yo no hice nada. Lo único que hice es defender a un compañero que lo estaban tirando, rameando. Porque es lo que tenemos que hacer, defendernos entre nosotros. Lo único que hice fue tirarme encima. Y mi nena, por ir a ayudarme, recibió el otro golpe».
«Yo estoy reasustada», continuó. Y reveló: «Tengo tanto miedo porque acá ahora para salir me hicieron firmar un libro con la lapicera negra en el folio 32, pero están todos los datos escritos en lápiz negro». Dijo que las abogadas le dijeron que no es problema, pero Carmen desconfía porque «cuando está con lápiz negro entiendo que se puede borrar y escribir cualquier otra cosa».
Por esta razón, detalló: «Yo quiero que sepan eso. Está en el folio 32, mi nombre es Carmen Benicio de la comunidad de Quera y Aguas Calilentes y también perteneczco a la comunidad de Quebraleña».
Lucio Plaza, también abogado, comentó que su defendido «estaba bastante golpeado y atemorizado. Él ni siquiera estaba manifestando en ese momento porque estaba comiendo, pero lo señalaron como una persona infiltrada y se lo llevaron».
Reveló que estuvieron varias horas sin conocer causa de imputación, por lo que «la detención era arbitraria», expresó el letrado integrante de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de Jujuy.
Los abogados cuestionaron que «no hayan seguido los protocolos ni tampoco la reglamentación que establece el código procesal penal» y estudiaban los planteamientos legales a realizar.
La imputación contra los detenidos es por artículo 194 del Código Penal que establece la prohibición de cortes de vías de comunicación -con un máximo de tres años y un mínimo de tres meses de pena- con lo cual «absolutamente todas las personas pueden acceder al cese de detención y recuperar la libertad inmediatamente», explicaron.
