Por el desastre natural, la Ruta 9 estuvo cortada y los pueblos de la Quebrada y la Puna incomunicados, lo que provocó una baja sustancial en la actividad turística, por el desabastecimiento y la imposibilidad de circulación.
«Nuestro sector vive una grave crisis y pérdidas en distintos ámbitos”, explicaron los empresarios al ministro, y le solicitaron una eximición de impuestos y tasas, o por lo menos la posibilidad de pagarlos en cuotas.
El empresario Mario Insausti aseguró: «Lo que sucedió fue muy grave y queremos apostar a que siga el turismo, porque es algo que le da de comer a mucha gente de toda la provincia”.
“Los jujeños tenemos que invitar a los turistas y sdecirle que no les va a pasar nada, porque el resto de las localidades de la Quebrada están intactas y necesitan de los visitantes”, agregó.