Las mesas habilitadas fueron tres: una en el penal de Villa Gorriti, la segunda en la granja penal donde se alojan las mujeres y los menores, y la restante en la cárcel federal ubicada en las afueras de la capital, donde están alojados, por ejemplo, los represores que actuaron en la dictadura militar y que están actualmente procesados.
Hasta las primeras horas de la tarde habían votado pocos, de los 131 votantes y esto se debe muchos de ellos, no tienen el documento que esta permitido para votar.
Las mesas dispuestas en las unidades carcelarias tienen algunas particularidades, como que solamente están el presidente y el vicepresidente, y los fiscales solo pueden ir a ver.
El tipo de voto es diferente a las mesas en las escuelas. En el penal de Gorriti, la urna se ubicó en la escuela de la cárcel. Como algunos de los internos tienen domicilio en otras jurisdicciones, hubo boletas de provincias como Santa Fé, Córdoba, Santa Cruz y Salta.
El interno procesado habilitado recibe una almohadilla con tinta y en el cuarto oscuro colocan o indican el voto en la planilla y lo cierran. Esto viene troquelado y se introduce en la urna. Al finalizar los comicios, el sufragio se computa pero no se abre, ya que esos votos van directamente al Juzgado Electoral Nacional.