Por Jorge Duarte, en Infogremiales. En medio de un clima caliente, la CGT tendrá hoy su reunión de Consejo Directivo. Es para darle forma al paro que anunció Héctor Daer y al que varios amagaron con sacarle el cuerpo en las últimas horas. El reproche más fuerte hacia el secretario general fue la modalidad y el lugar en el que se anunció la medida de fuerza. Además deberán definir si habrá movilización. «Si no se define un paro sería una desautorización muy fuerte a Daer», señaló una alta fuente cegetista.
«Nosotros vamos a ser respetuosos de que el día jueves de la semana que viene vamos a tener una reunión del Consejo Directivo que ya está convocada para esa fecha pero lo que sí consensuamos todos los que estamos acá, y los vamos a invitar a que nos acompañen a construirlo, es un paro por 24 horas antes del 10 de abril», dijo Héctor Daer hace exactamente una semana y generó un fuerte impacto en todo el mundo cegetista.
Lo que sorprendió y molestó a muchos, además del mensaje, que no lo esperaban sin el encuentro formal previo, fue la ocasión: un Congreso de la UTEP, el gremio que conforman los movimientos sociales. La determinación y la forma en la que se comunicó desde hace 7 días genera idas y vueltas, y hasta algunos gremios peso pesados amagaron con sacarle el cuerpo a la huelga.
La escenificación del anuncio tenía al lado de Daer a Octavio Argüello y en primera fila a Hugo Moyano, Rodolfo Daer, José Luis Lingeri, Sergio Palazzo, Cristian Jerónimo y Omar Plaíni, entre otros dirigentes. Faltaban, en la instantánea, varias piezas para terminar de componer el más que complejo rompecabezas cegetista.
La ausencia de representantes de gremios de transporte y la energía, lo apresurado del anuncio y el momento de realización empezaron a erosionarlo desde esa misma tarde.
Así como tras la represión de Patricia Bullrich la chance de una huelga comenzó a circular con fuerza en los whastsapps de los principales caciques de Azopardo, el malestar por el anuncio de Daer comenzó a crecer esa misma noche. Varios sintieron que hubo un ninguneo a los actores internos y que se mostró a una CGT corriendo detrás de las determinaciones de los movimientos sociales.
El plan original era esperar hasta hoy, convocar a los cuerpos orgánicos de la central obrera y, con esa información, anunciar una huelga que tenga respaldo interno y reflejo federal. Con el anuncio de Daer eso cambió.
Algunos, como salida política, proponen el regreso a ese plan y especulan que hoy no se le ponga la fecha sino que se convoque a un Comité Central Confederal para que se decida la fecha y la modalidad. También se podría poner una fecha en suspenso hasta que un Confederal y las regionales lo aprueben y le den consistencia.
La situación hoy es más compleja. «Si no se define un paro, sería una desautorización muy fuerte a Daer», señaló una alta fuente cegetista a InfoGremiales. De hecho, se trata de un gremialista que no está convencido de avanzar en la huelga pero que sabe que retroceder generaría un tembladeral en la conducción de difícil resolución y un daño autoinfligido a la propia CGT.
En paralelo, en la tarde de ayer circulaban mensajes que hablaban de que el propio Hugo Moyano se habría bajado del paro y que el gremio se lo estaría comunicando a sus delegados. Nada de todo eso está resuelto. Sí son un reflejo de las dudas en las que quedó envuelta la determinación que se desinfló en una semana y que hoy deberá volver a tomar potencia.
En principio todo se perfilaba para que la protesta sea el 8. Luego pareció acomodarse para el 10 y para que en la previa, el miércoles 9, la CGT acompañe orgánica y masivamente la marcha de los jubilados.
Luis Barrionuevo, por su parte, reunió a su sector para pedir que el paro sea de 36 horas, todo en un clima asambleario que empezó a hacer ruido. También pidió la renovación de autoridades de la central que, inexorablemente, será en unos meses.
Se espera, adicionalmente, el guiño de los gremios del transporte. Se descuenta que una eventual protesta logrará detener los trenes y los subtes porteños. Además afectará los vuelos y el transporte de carga. La duda está puesta en el rol de la UTA y su lugar estratégico. Mario Calegari, el secretario de Prensa del gremio estuvo sentado en la mesa desde la que Barrionuevo pidió profundizar con un paro de 36 horas. Sin embargo históricamente su comportamiento suele ser líbera e incluso se bajó del último paro de Azopardo por lo que el final está abierto.