Este martes y en menos de una hora, la Policía Aeroportuaria deportó a delegación de Pakistán del Fútbol Sala que venía al país a competir en el Mundial Misiones 2019 de la disciplina, alegando cuestiones de «seguridad nacional». Según lo declarado por Malik Adnan, secretario de la Federación de Fútbol Sala del país asiático, la decisión obedeció «a un error de la Embajada de la Argentina en Pakistán, que no había subido el detalle de los visados de nuestro lado del sistema”.
Lo insólito es que, según el dirigente paquistaní, la propia embajada argentina reconoció el error, pero de nada sirvió por la velocidad con que los futbolistas fueron deportados. «Ya nos hemos perdido la Copa del Mundo», agregó Malik. Es que Pakistán tenía previsto debutar este miércoles ante Brasil en la localidad misionera de Montecarlo.
Para completar las consecuencias del papelón, la Confederación Argentina de Fútbol Sala (CAFS) informó que no habrá reemplazante para el equipo paquistaní «porque el hecho sucedió a menos de 48 horas del comienzo del Mundial».
Arte peligroso
La deportación de los futbolistas pakistaníes ocurrió horas después de la detención el domingo de dos artistas chilenos que permanecen incomunicados bajo sospecha de haber intentado llevar adelante un atentado. Lo que pasó en realidad es que las fuerzas de seguridad cordobesas confundieron un elemento destinado a una intervención artística con la caja de una bomba.
La arquitecta Gabriela Medrano Viteri y el artista Felipe Zegers estuvieron en la capital cordobesa participando del “I Encuentro Internacional: derechos lingüísticos como derechos humanos en Latinoamérica” (llamado también Contracongreso de la Lengua), donde presentaron la instalación Parlante Inclusivx.
La pareja había dejado en Córdoba una caja que formaba parte de una intervención artística, y las fuerzas policiales interpretaron que era una bomba.
La organización del Contracongreso emitió un comunicado firmado por Camilo Palma, socio de Zegers, uno de los artistas detenidos. “Con respecto a la detención en Argentina del artista urbano Felipe Zegers y de la arquitecta Gabriela Medrano, señalamos lo siguiente”, dice el comunicado. “Lo ocurrido es un malentendido que confiamos será corregido lo antes posible. El material que se encontró en la habitación de Felipe Zegers y Gabriela Medrano en Córdoba es parte de una instalación de arte urbano que se presentó en esa ciudad el sábado, junto a varias otras, y que consistía en un parlante que leía textos a viva voz para inspirar a las personas a comunicarse y fomentar el lenguaje inclusivo”, continúa.
El texto afirma que los artistas cometieron un “error” al no avisar que habían dejado los objetos en hotel. Se trataba de “dos parlantes tipo bocina, cables y una pequeña caja de metal que contenía un componente genérico de programación que, en este caso, cumplía la función de pasar texto a lenguaje hablado”.
Sobreseídos
Este lunes, el juez federal Sebastián Ramos sobreseyó a los hermanos Axel Ezequiel Abraham Salomón y Kevin Gamal Abraham Salomón, quienes pasaron 22 días presos como sospechosos de integrar una inexistente célula argentina del movimiento fundamentalista islámico Hezbollah. La denuncia había sido realizada por la sección antiterrorismo de la Policía Federal, que depende del Ministerio de Seguridad, a raíz de un mail anónimo que alertaba sobre supuestas actividades relacionadas con el terrorismo internacional.
Nunca existió nada de eso. Pero durante un allanamiento a la casa de uno de los dos hermanos se encontraron algunas armas. El devenir de la investigación demostró que eran una añeja herencia familiar, que eran propiedad del padre de ambos jóvenes –quien está procesado por no haberlas registrado, casi una falta administrativa- y que si el terrorismo islámico planea atentados con ese “arsenal” la hipótesis de conflicto de beligerancia internacional debería ser descartada rápidamente.
La detención de ambos hermanos se produjo en noviembre del año pasado y fue difundida por algunos medios de comunicación como el producto de un trabajo de inteligencia y seguridad que había permitido evitar, acaso, un nuevo ataque terrorista en la Argentina. Resultaba curioso que uno de los hermanos fuera empleado de Icana, la academia del idioma inglés vinculada con la Embajada de los Estados Unidos. Pero el juez Sebastián Ramos prefirió profundizar la investigación y, mientras tanto evacuaba las dudas, resolvió que los Abraham permanecieran presos.
Ahora, cuatro meses más tarde, escribió una larga resolución en la que repasó todo lo actuado en este lapso y concluyó que “las probanzas reunidas en el expediente y la prueba aportada luego de esa decisión (NdR: falta de mérito y excarcelación) no conducen al fortalecimiento de la sospecha inicial que motivó su convocatoria a prestar declaración indagatoria”.
El juez comprobó que Axel Ezequiel Abraham Salomón “no residía en el domicilio allanado”, en el que fueron halladas las armas, “sino que su morada se encontraba ubicada en la avenida Nazca de esta ciudad”, junto con su mujer y su hija, de dos años de edad. El otro hermano, Kevin Gamal Abraham, “sí habitaba el inmueble en el que se halló el armamento irregular”, pero “dichos elementos eran de propiedad de su familia, incluso desde antes de haber nacido el nombrado”.
Ambos, defendidos por el abogado Ismael Jalil, habían declarado exactamente eso apenas fueron detenidos. La información estaba en el expediente de boca de los propios imputados desde el primer día. Sin embargo pasaron 22 días presos y más de cuatro meses sospechados de ser terroristas internacionales. Ese salto en la línea del tiempo, esa alteración en sus existencias y, sobre todo, esos 22 días, nadie se los devolverá.
Con Tiempo