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La visita de la Presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, al Departamento San Pedro el 1º agosto del 2013 tras el firme pedido del Gobernador de la Provincia, Eduardo Fellner, para encontrar una salida definitiva a la difícil situación del ingenio La Esperanza fue un hito histórico para esta región.
Su presencia marcaba y anticipaba la decisión del gobierno nacional de implementar fuertes políticas públicas en esta parte de la Argentina profunda para recuperar su entramado productivo y social.
La recuperación de esta emblemática planta azucarera del cual dependían sus más de mil trabajadores que tenían una gran incertidumbre sobre la continuidad de su fuente de trabajo (luego de más de 14 año de quiebra y otro tanto de concurso preventivo) además era la columna vertebral de la estructura productiva y económica de todo el Departamento San Pedro. Con el deterioro de esta unidad productiva, también se erosionó toda su realidad social.
La gestión de su recuperación fue encomendada al Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca que delegó esta misión en la Unidad para el Cambio Rural (UCAR) que es el instrumento de inversión para la infraestructura y servicios en el sector agropecuario.
A partir de allí, se catalizó una sumatoria de esfuerzos. La creación del Comité de Gestión y Seguimiento, dedicado al proceso de recuperación integral del Ingenio, articuló las capacidades de la Provincia de Jujuy con los ministerios nacionales de Agricultura, de Planificación Federal y de Trabajo y fue una expresión tanto de la presencia activa del Estado como de la magnitud de la tarea por hacer.
El primer objetivo fue ordenar la situación del ingenio, pero a medida que se avanzó con esta actividad mejorando las condiciones de los trabajadores e incorporándolos como actores fundamentales de este proceso de trabajo. Esto permitió ver una situación más profunda que tenía que ver con el deterioro del entramado productivo y social, por lo cual se preparó el programa de la Micro Región de San Pedro y La Esperanza que permitió acceder a financiamiento internacional para una gran cantidad de proyectos productivos que hoy se encuentran en marcha en los predios del ingenio.
El 8 de julio de 2013 tras la fuerte decisión del Gobierno nacional y provincial en lograr la recuperación definitiva del ingenio La Esperanza, se inició la 131º zafra; el 24 de junio de 2014 la zafra 132º que finalizó el 12 de diciembre pasado en un contexto totalmente diferente.
Hoy, a un año y medio de aquella zafra improbable, la Esperanza experimenta mejoras sustanciales:
En el área de fábrica, se recuperó la capacidad de producción, con moliendas diarias que llegaron al orden de las 6.000 toneladas con una excelente calidad del azúcar. A esto se suman distintas transformaciones: el reordenamiento de las operaciones, el accionamiento de los trapiches, la reparación de las calderas y la adecuación de los sistemas de gas a la normativa vigente.
Por otra parte, tuvo lugar una modernización el área de Administración General, lo que repercute entre otros aspectos en el pago de haberes en término al personal de planta, en la implementación de servidores de internet y red de datos y en la implementación de normas y procedimientos administrativos que se traducen en un aumento de la eficiencia y la calidad de la gestión.
Asimismo, se le otorgó especial atención a la higiene y la seguridad mediante capacitaciones para la prevención de enfermedades como el dengue, y a través de la reparación de sistemas de transmisión y almacenaje de agua potable, entre otras medidas. La creación del área ambiental con personal idóneo marcó, por su parte, la nueva línea de trabajo, orientado a la producción ambientalmente sustentable.
En este sentido, se concretó la adopción de la cosecha mecanizada integral en reemplazo de la cosecha manual mejorando las condiciones laborales reubicando a los trabajadores en otras áreas del Ingenio y en otras actividades productivas y sobre todo protegiendo la salud de la población de la región.
En cuanto a la calidad de la producción, es importante destacar la obtención la Certificación Orgánica de Campo y Fábrica, según normas de Estados Unidos, Canadá, Europa y Argentina. A la vez, se realizaron capacitaciones al personal de fábrica en Buenas Prácticas de Manufactura (BMP), cuyo cumplimiento es una condición de ingreso a numerosos mercados internacionales.
Dentro de este conjunto de iniciativas, el estudio de nuevos negocios quizás aporte un punto de inflexión para la actividad productiva. En ese marco, se elaboró un proyecto técnico para construir una planta deshidratadora para la producción de bioetanol, una innovación que apunta a diversificar la actividad productiva del ingenio y posicionar definitivamente al complejo agroindustrial en el mercado. Se dieron numerosos pasos en este sentido, entre otros, la solicitud de un crédito de US$ 10 millones a la Corporación Andina de Fomento (CAF) para la financiación del proyecto y el inicio del trámite de registro de la marca Bioesperanza S.A.
Simultáneamente con los tramos finales de una exitosa zafra, el plan de recuperación integral del ingenio La Esperanza continúa su ejecución. En la última semana, se incorporaron Papelera del NOA y el Fondo Fiduciario para el Desarrollo Económico de la Provincia de Jujuy como nuevos inversores del proyecto. Con el ingreso de estos dos nuevos socios, el grupo inversor queda conformado por Papelera del NOA, el Fondo Fiduciario para el Desarrollo Económico de la Provincia de Jujuy, el Grupo Benicio y Grupo Insud. El nuevo grupo inversor elaborará una propuesta de pago tendiente a lograr el avenimiento de los acreedores con la idea de alcanzar el levantamiento de la quiebra del ingenio.
