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Esperan la llegada del ministro Matuk para levantar el corte en Tilcara

Pobladores de Tilcara realizan desde temprano un corte en la ruta 9, en reclamo por la muerte de Elber Cusi en la comisaría local y por la represión policial durante la marcha de anoche. Esperan la presencia del ministro de Gobierno y Justicia, Alberto Matuk, para levantar la medida.

La muerte de Cusi, ocurrida el miércoles a la noche, aparece como un hecho más vinculado a la violencia policial dirigida sobre todo a los jóvenes. “La policía está torturando, detiene a los jóvenes, les mete el dedo en el ano, empuja, pega”, aseguró a El Submarino Olga Burgos, una de los manifestantes. Además, dijo que la madre de Elber Cusi “no está recibiendo información sobre qué pasó con su hijo”.  

Hace ya tiempo que en Tilcara se reclama por la actuación de la policía. “Los jóvenes son estigmatizados, y a pesar de la cultura del silencio reaccionaron por la muerte de uno de ellos y porque no los dejaban marchar en sus calles”, aseguró Burgos en relación a los incidentes ocurridos en la movilización de anoche.  

De acuerdo a numerosos testimonios, el operativo policial desplegado durante la marcha fue innecesariamente grande, lo que fue tomado como una provocación. “Una vez más la policía usó balas de goma contra los jóvenes, hubo cinco mujeres que fueron atendidas en el hospital, todas con impactos en sus partes íntimas”, relató la mujer.

El corte de ruta comenzó temprano por la mañana, y se mantiene de manera intermitente.

Los reclamos 

Autoconvocados, los vecinos de Tilcara, se movilizaron en apoyo y solidaridad con la familia del joven que falleció mientras estaba detenido en la comisaría local; exigiendo justicia y un pronto esclarecimiento de lo sucedido, pidiendo mayor transparencia en el accionar de la policía y la justicia, pero sobre todo denunciando las prácticas violentas que a menudo y reiteradas veces la policía local les impone a la sociedad sobre todo con los más jóvenes.

La marcha que se convocó para las 18 del jueves en la plaza Álvarez Prado empezó a las 19 con una nutrida concurrencia entre las que hay que destacar a Adriana; la hija de Olga y Luis Aredez, en representación de las Madres de Plaza de Mayo; los familiares del joven, Eduardo Escobar, Candelaria Abalos, profesores del IES, compañeros remiseros,  miembros de la radio en la que trabajó y un gran número de amigos, vecinos en general e incluso turistas.

Bajo el lema “basta de deshumanización y represión, marchamos por la muerte de Cusi” se escucharon gritos de “justicia”, testimonios de otras víctimas de atropellos policiales, muestras de tristeza, bronca, y dolor de parte una improvisada lista de oradores. Los  puntos emotivos de la noche se vivieron cuando su hermana tuvo la palabra, cuando un remisero dijo “esta no es una marcha de silencio es de bronca” y cuando Olga Zabando recordó a su hijo “Morgan” quien también falleció tras otro confuso episodio donde también está en duda el accionar policial.

Los afiches que pedían justicia y los amigos que recordaron con fotos a “Man” como se lo conocía Elber sirvieron de fondo para una protesta que también tuvo su trasfondo político, se responsabilizó a el intendente local Félix Pérez por no tener una política respecto a la juventud y por su conocida postura de criminalizarla, al ministro Matuk, a la fuerza policial que dirige y a el gobernador. 

«La localidad vive un increíble y desmesurado crecimiento de hechos delictivos», denunciaron los autoconvocados en un documento. «La policía ineficiente y desprovista de capacidad tecnológica y logística, por no decir cómplice, elige como única técnica para controlarla, la represión descontrolada y las vejaciones a cualquier sospechoso», señalan.

«La política de la fuerza es que parezca que actúa en contra del delito haciendo ruido y moviendo efectivos o patrulleros pero nunca afectando los verdaderos protagonistas que yacen de fondo en los ilícitos. Lo curioso es que persiguen a los adictos y consumidores de alcohol u otras drogas pero los que lucran con ellas gozan de la protección policial y de las autoridades políticas locales. A modo de ejemplo, muchos de los almacenes céntricos no respetan el horario de cierre y venden alcohol durante toda la noche, varios de ellos son propiedad de funcionarios policiales o punteros del radicalismo, nunca los clausuran o multan», continúan.

«En definitiva -indican- Tilcara muestra ya señales de hartazgo, pide la renuncia de los responsables policiales que por acción u omisión produjeron este trágico hecho y su enjuiciamiento, exige un nuevo paradigma en la lucha contra el delito que olvide de una vez y para siempre las formas de su pasado represor y pase a servir verdaderamente  a la sociedad».

Piden además «políticas que construyan una sociedad menos violenta que apunte a fortalecer los lazos comunitarios, no a segmentarla y a destruir los vínculos de solidaridad mutua que se intentan imponer desde sus autoridades».

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