El juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, prorrogó por un año la prisión preventiva de Marcelo Sebastián D’Alessio, detenido desde el 15 de febrero de 2019 por la megatrama de espionaje ilegal durante el macrismo. El falso abogado se encuentra detenido en el Complejo Penitenciario Federal I de Ezeiza.
«Poseía vínculos con agentes de inteligencia –retirados y activos- policías de alto rango, jueces, fiscales, abogados, periodistas, funcionarios nacionales de alto rango como legisladores nacionales, ministros, etc. En definitiva, D’Alessio no era solamente una persona que se hacía pasar por abogado o economista, ni engañó a todos todo el tiempo; lejos de eso, D’Alessio pudo tejer toda esa red de contactos de alto nivel en el poder sin la cual no habría podido llevar adelante las operaciones de inteligencia ilegal investigadas», sostuvo Ramos Padilla en la resolución que emitió este miércoles.
D’Alessio fue procesado en cinco oportunidades por el juez federal de Dolores y ya está en condiciones de ser llevado a juicio oral. Ramos Padilla entiende que tuvo un rol preponderante dentro de una organización paraestatal dedicada al espionaje y a los aprietes. En este sentido, el magistrado destacó que muchas de las víctimas del falso abogado lo tenían como agente de inteligencia -aunque no logró probarse su pertenencia a la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), pero sí que existía una promesa de trabajo y vínculos aceitados con distintos funcionarios de la exSIDE, así como del Ministerio de Seguridad- y que D’Alessio llevó un sinfín de esas operaciones haciendo uso de armas de fuego.
Se trató de decenas de operaciones, sostiene Ramos Padilla, que van desde intentar involucrar a Aníbal Fernández en el Triple Crimen de General Rodríguez hasta forzar el arrepentimiento de Pablo Barreiro para implicar a Cristina Fernández de Kirchner en el caso de las fotocopias de los cuadernos. También el juez acreditó que la banda de D’Alessio revisaba los registros migratorios del actual presidente de la Corte Suprema, Carlos Rosenkrantz, y de su exsocio Gabriel Bouzat, pero también del hijo de Pablo Escobar Gaviria o del hijo del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.
Ramos Padilla está transitando sus últimos días en el juzgado federal de Dolores, al que llegó en septiembre de 2011. A partir del 1 de marzo estará con toda probabilidad instalado en el juzgado federal 1 de La Plata, que no sólo entiende en cuestiones penales sino que tiene competencia electoral en toda la provincia.
Antes de la mudanza, debe resolver la situación procesal de cuatro indagados por el llamado «Proyecto AMBA», que consistió en el despliegue de seis bases de la AFI en el conurbano que se sumaron a las tres históricas que tiene la exSIDE en la provincia para hacer espionaje político. En las últimas semanas, Ramos Padilla indagó a tres exfuncionarios de la AFI que oficiaron de coordinadores entre las bases y su máximo responsable, Pablo Pinamonti. Los tres se negaron a declarar. El juez también le tomó declaración como imputado a quien fuera el máximo responsable de la base Bahía Blanca durante los primeros meses del «Proyecto AMBA». Se espera que entre esta semana y la próxima decida si procesa a estas cuatro personas.
Ramos Padilla inició la investigación por espionaje en pleno macrismo. Entre el D’Alessiogate y el «Proyecto AMBA», ya procesó a 28 personas. Es una causa que, sin dudas, se conecta con la que tramita en Lomas de Zamora y que el viernes pasado la Sala IV de la Cámara Federal de Casación Penal ordenó que continúe en los tribunales de Comodoro Py. Los Súper Mario Bros, que investigan en Lomas, se nutrieron de agentes desafectados de la estructura del «Proyecto AMBA», que investiga el juez de Dolores. La otra gran conexión es que la causa de Lomas podría quedar en manos del fiscal Carlos Stornelli, procesado en la causa de espionaje de Dolores.
Por Luciana Bertoia, en Página/12