La experiencia comenzó el año pasado, se llevó a cabo con el cumplimiento de 5 etapas y culminó en este año con la obtención de una buena cantidad de semillas que servirán para las especificaciones técnicas.
El informe que realizó el ingeniero agrónomo, Jorge Correa Saravia, manifiesta el cumplimiento del objetivo general de reimplantar el cultivo de quínoa y las labores culturales asociadas al mismo.
En la primera etapa del ensayo afirma que reconfiguraron la participación y compromiso de la comunidad en el proyecto; acordaron con la comisión pro quínoa y la comunidad el lugar en donde desarrollar el ensayo; alcanzaron un acuerdo con la CPQ sobre las obligaciones y responsabilidades de los compromisos adquiridos; Realizaron acciones conjuntas con el INTA de Abra Pampa y Cumplieron con la planificación de primeras labores.
Durante el proceso de producción los pobladores aportaron ideas primarias muy importantes y ofrecieron espacios para el cultivo cerca de la comunidad. Para preparar el lote, la empresa también aportó herramientas, insumos, mano de obra, logística y asesoramiento técnico en forma conjunta con el INTA. En este marco, se firmó el Acuerdo de Transferencias de Materiales (ATM) por la semilla recibida del Banco de Germoplasma.
La comunidad ofreció 2 lotes que sumarían unas 5 has, pero la experiencia se llevó a cabo en un lote de 20×20 m, perteneciente a un corral antiguo. Para el cumplimiento de las próximas etapas prepararon el terreno, tanto en lo estructural como en lo orgánico; Instalaron el sistema de riego acorde al terreno a sembrar y en el mes de noviembre del año pasado iniciaron el proceso de cultivo con el tipo de siembra en línea a chorrillo y por golpe en el predio dividido en 4 parcelas.
Tanto en la siembra como en el sistema de riego, utilizaron diferentes técnicas propuestas por los comuneros y profesionales del agro. Luego de transmitir a los pobladores los conocimientos de las actividades propias del cultivo y el deshierbe, culminaron con la germinación y la resiembra. El cultivo obtenido presentó un buen estado gracias al control fitosanitario programado y el seguimiento de crecimiento.
Para el cumplimiento de la última etapa, en abril de este año obtuvieron el producto final siguiendo los pasos necesarios para lograr una semilla de calidad tanto para siembra como para consumo. Para esto cumplieron con la siega, emparve, trilla, limpieza y pesado del producto final para estimar los rindes de las 4 parcelas que arrojan un resultado de 369 Kg/ha.
Con esta información, nace una nueva alternativa de producción para los pobladores de la región más alta de la provincia de Jujuy. En el caso particular de los pobladores de Olaroz Chico, demostraron la sinergia de un trabajo en conjunto intercambiando conocimientos y experiencias para recuperar el producto milenario y planificar los preparativos para el nuevo ciclo productivo.