El intendente de la ciudad de La Quiaca, Blas Gallardo utilizó sus redes sociales para demandar que “las empresas que se enriquecieron con el Estado provincial y llenaron sus arcas con millones y millones de pesos, tributen más y sostener a miles de jujeños que la están pasando mal”.
“Tenemos claro que todos debemos hacer un esfuerzo y lo estamos haciendo, cada uno desde su lugar. Pero nos preguntamos por qué no le exigen más a las empresas, que históricamente se llevaron sus millonarias ganancias de Jujuy, para que tributen en proporción a sus fortunas y así sostener al pueblo jujeño”.
Luego, señaló a los tabacaleros y la empresa Ledesma, por ejemplo, “han hecho y siguen haciendo fortunas en esta provincia, al igual que las mineras en nuestra región. Y nuestros pueblos quedan siempre postergados, contaminados y en el olvido. Esta crisis provocada por la pandemia, ha puesto en evidencia esa histórica desigualdad”.
Destacó que “coincidimos con los proyectos de Nación respecto a subir los impuestos a las grandes fortunas de empresas argentinas para sostener la emergencia sanitaria que vive el país y el mundo.
“El gobierno de Alberto y Cristina se preocupa por Jujuy a pesar de estar bajo un gobierno radical. Esperamos que el gobernador Morales sea justo cuando distribuya la ayuda que manda Nación. Porque esta crisis que viene, no se arregla con 100 bolsones de mercadería”.
“Como dicen muchos, la crisis muestra lo mejor y lo peor de cada ser humano y también representa oportunidades para mirar distinto el panorama. Por eso creemos que ha llegado el momento de que nuestra región comience a andar un nuevo camino con responsabilidad, humildad y coraje”.
Respecto a la situación fronteriza en esta pandemia, señaló que “estamos poniendo todo nuestro esfuerzo en esta emergencia sanitaria. Hemos dado contención y seguimos asistiendo a nuestra gente de La Quiaca, de la región y de otros países. A veces los medios o los funcionarios capitalinos no logran entender la complejidad de nuestra frontera y dicen cosas erradas y alimentan un mito inexistente. Acá hace décadas convivimos con los hermanos de Villazón, ellos van y vienen, como nosotros vamos allá por comercio o trabajo”.