Por Raúl Kollmann, en Página/12. El fiscal de Cámara Germán Moldes presentó su renuncia ante el procurador Eduardo Casal. Fue una de las piezas clave de la ofensiva de Comodoro Py contra los funcionarios kirchneristas y, en especial, contra Cristina Kirchner. Tomó como bandera la denuncia de Alberto Nisman contra CFK por el Memorándum de Entendimiento con Irán y luego fue uno de los organizadores de la marcha encabezada por fiscales a raíz de la muerte de Nisman. No lo hizo de forma neutra, sino con discursos violentos y agresivos contra el gobierno de la ex mandataria. Y no sólo eso: acompañó al gobierno de Mauricio Macri desestimando recursos de apelación contra los funcionarios del gobierno de Cambiemos.
La razón de la renuncia sería por cuestiones de salud, pero no faltan los que dicen que es uno de los primeros funcionarios judiciales que se va porque aún bajo el actual Gobierno no tendrá problemas para que le acepten la renuncia y porque pasará a cobrar una suculenta jubilación. Un nuevo gobierno, un nuevo presidente y un nuevo ministro de Justicia podrían evaluar si su gestión no merece una revisión.
Moldes llegó al cargo en tiempos del menemismo, en 1995, cuando venía de ser secretario de Población en tiempos en que el ministro del Interior era José Luis Manzano. Los funcionarios que lo sucedieron cuestionaron que durante su gestión consiguió la radicación y la ciudadanía uno de los mayores traficantes de armas del mundo, el sirio Monzer al-Kassar, hoy condenado a 30 años de prisión en Estados Unidos. El ex titular de Migraciones Gustavo Druetta denunció que se le dio el documento argentino a Al-Kassar sin el obligatorio informe de Interpol y sólo en base a una declaración jurada del traficante. También hubo sospechas de que favoreció el fabuloso negocio del ingreso a la Argentina de ciudadanos chinos, con una mafia migratoria detrás.
Lo cierto es que Moldes consiguió una ubicación clave en el aparato de Comodoro Py, tan ligado a los servicios de inteligencia. La fiscalía de Cámara interviene en todas las apelaciones que llegan a la Cámara Federal, es decir que Moldes era el encargado de sostener las acusaciones de los fiscales de instrucción. En los últimos años no lo hizo con perfil bajo, sino con vehemencia contra los funcionarios del anterior gobierno. Al mismo tiempo, jugó a favor del gobierno de Macri rechazando recursos contra los funcionarios de la Casa Rosada.
Tras la muerte de Nisman, no sólo organizó la marcha de los fiscales sino que fue el orador en aquella concentración, sosteniendo que Nisman había muerto porque investigaba a Cristina Kirchner, algo sobre lo que no tenía la menor evidencia. Hoy por hoy, pese a que Comodoro Py trata de sostener la hipótesis de que Nisman fue asesinado, en cuatro años no encontraron ni una sola evidencia, ni una huella, ni una mancha de sangre y mucho menos a los autores del supuesto homicidio.
En el mismo andarivel, Moldes intentó reflotar la denuncia por el Memorándum, con escritos ofensivos no sólo contra la ex mandataria sino también contra los jueces y camaristas que votaron en su momento que no existía delito alguno en un acuerdo que ni siquiera entró en vigencia.
Pero cuando le tocó opinar sobre los Panamá Papers, sobre las transferencias del titular de la ex SIDE, Gustavo Arribas, o la investigación contra Mario Quintana por favorecer estudios de abogados en una colocación de deuda, Moldes jugó a favor de los imputados y no sostuvo los recursos. Lo mismo ocurrió con la denuncia planteada por Claudio Lozano contra Macri, Marcos Peña y otros funcionarios por el endeudamiento de más de 50 mil millones de dólares con el FMI.
Según el sitio Infobae, el fiscal de Cámara fue sometido a una operación coronaria y eso lo llevó a decidir el retiro. El trámite jubilatorio lo tiene hecho hace rato –como muchos funcionarios judiciales de Comodoro Py– porque cumplió 73 años. Otra interpretación es que decidió pasar a cuarteles de invierno después de que Macri frustrara su aspiración de ser procurador –hay un largo listado de los enojados porque no los designaron en el puesto de jefe de fiscales– y porque se vienen un nuevo gobierno y nuevos aires en la Justicia. En el edificio de Retiro muchos dicen que Moldes es el primero de la lista de los que se van, tal vez porque se terminó el modelo de los jueces y fiscales que en lugar de impartir o ayudar a impartir justicia se ocuparon de perseguir y encarcelar a opositores.