En su análisis de la jornada, la letrada lamentó «que hayan querido sacar a la prensa en el momento en que tenía que declarar Milagro y el resto de los imputados, porque evidentemente no estaban dispuestos a que todo el mundo escuchara lo que tenían para decir».
«Hemos tenido una chicana de parte de Gerardo Morales, hoy a las 8 de la mañana para intentar que no declare Despouy, que es uno de los responsables del Poder Ejecutivo Nacional en el cumplimiento de la resolución de Naciones Unidas que sistemáticamente desde el 27 de octubre pasado, decide no dejar en libertad a Milagro», manifestó Gómez Alcorta, en relación al Auditor General de la Nación que no asistió a la audiencia por estar fuera del país. El Tribunal debe resolver esta cuestión, a partir de la sugerencia de la defensa de que declare por videoconferencia.
La abogada continuó su balance: «Por otro lado, algo que en principio vamos a decir que no nos sorprende: que Gerardo Morales no haya venido. Él hace siete años está tratando de meter presa a Milagro en esta causa; llegó el momento del juicio, estuvimos todas las partes, no nos opusimos al rechazo de la suspensión que había pedido el doctor Lucio Plaza (defensor de Salvatierra) y el único que no dio la cara hoy fue Gerardo Morales, que vino por medio de sus apoderados cuando claramente tenía la oportunidad de estar acá y que él también viera y escuchara todo lo que tenían para decir”, reclamó.
Luego de las declaraciones de Sala, López y Salvatierra, dieron testimonio dos de los denunciantes, el Auditor General de la Nación Alejandro Nieva y el actual director del Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom), Miguel Ángel Giubergia, y el actual secretario de Integración Regional y Relaciones Internacionales de la Provincia, Carlos Toconás. La letrada explicó que “coincidieron en decir que Milagro no había estado, que ninguna de las personas que participaron fueron identificados como miembros de la Tupac, y solo contaron que hubo insultos y que se tiraron huevos».
Tampoco escucharon a nadie mencionar el nombre de la dirigente social salvo por declaraciones de Morales que acusaba a quienes estaban presentes de haber sido enviados por ella.
También dio testimonio desde Buenos Aires María Gabriela Sorbello, que fue testigo presencial del episodio pues trabajaba con Nieva en la AGN y describió los hechos de manera similar a los otros.
Posteriormente declararon René Orlando Arellano y Cristina Chauque, un matrimonio que pertenecía en el pasado a una cooperativa que integraba la Red de Organizaciones Sociales. Ambos coincidieron en que existió una reunión previa al escrache en la que Milagro Sala organizó la protesta, de la que también formó parte Graciela López. Las dos imputadas negaron estos dichos, e includo López pidió un careo con Arellano, que se realizó en pocos minutos y en el que los dos mantuvieron su posición.
Gómez Alcorta resaltó que Arellano y Chauque «se contradijeron en varios sentidos entre ellos, lo que será evaluado en el momento del alegato, pero para esta defensa ha quedado absolutamente demostrado lo falaz de sus dichos y cuáles son los intereses; porque no solamente es importante saber que el matrimonio se contradijo sino también en qué puntos lo hicieron, que muestran el interés de Arellano en esta causa”.