El 29 de diciembre pasado, la organización H.I.J.O.S. Jujuy se presentó como querellante por los crímenes cometidos entre 1975 y 1983 contra once mujeres, víctimas del aparato represivo desplegado en la provincia.
Se trata de Mercedes Susana Zalazar, Martina Hermelinda Chávez, Maria Ninfa Hochkofler, Sara Cristina Murad, Gladis Ramona Artunduaga, Ana María Martínez, Dora Rebechi, Martina Libertad Weisz, Susana Pagliero y Sofía D’Andrea, sobrevivientes del terrorismo de Estado en la provincia.
La presentación, que contó con el patrocinio letrado de María José Castillo y Alfredo Zaburlín, sumó el caso de Marina Leticia Vilte, quien aún permanece desaparecida.
En un documento, la organización H.I.J.O.S. Jujuy recuerda que «las mujeres de los 60 y 70 fueron transgresoras en todos los sentidos, rompedoras de ‘moldes’ y mandatos patriarcales».
Señala luego que «los delitos contra la integridad sexual de los que fueron víctimas fue una de las modalidades de represión más silenciadas de la última dictadura militar en Argentina».
Repasa más adelante que algunas de estas mujeres pudieron dar testimonio, lo que «dio lugar a que los crímenes sexuales sean considerados como delitos e lesa humanidad», y rescata «la entereza y valentía» con la que pudieron «poner en palabras el horror que habían vivido».
El texto recorre luego la situación de cada una de esas víctimas.