“Si estas lluvias fuesen una situación particular de Jujuy, sería preocupante, pero esto es algo muy general, vemos lo que pasó en Córdoba y Santa Fe”, señaló Buitrago, y aclaró que es normal la alternancia de años de mucha precipitación con otros de sequía.
El especialista descartó que se puedan hacer pronósticos ajustados a mediano plazo. “Un pronóstico seguro no va más allá de las 72 horas, por lo que es incierto lo que vaya a suceder en diez días”, afirmó, y agregó que cualquier otra previsión puede mostrar solo una tendencia. En ese sentido, adelantó que irán disminuyendo lentamente las precipitaciones, junto con las temperaturas. “Ya no habrá lluvias tormentosas, sino leves”, aseguró.
De todos modos, advirtió que este mes es más peligroso “porque los suelos ya están saturados de agua, entonces cualquier precipitación, aunque no sea copiosa, arrastra más agua, y eso puede hacer más daño que el agua que cae”.
Consultado sobre las causas de la gran cantidad de lluvias, mencionó, por un lado, la corriente del Niño, “que es suave y cálida, que golpea las costas del Océano Pacífico y produce mucha evaporación, la que también es generada por las temperaturas elevadas de noviembre, diciembre y parte de enero. “Sobre todo en Mato Grosso se produce evaporación muy fuerte, con lo que se incorpora agua extra al continente y luego el viento la transporta a los distintos lugares del continente”, detalló.
Explicó que el Niño se detiene en mayo, cuando vienen los meses más fríos, y que las precipitaciones empiezan a disminuir entre marzo y abril, transformándose en lloviznas.
Todo esto es una situación que proviene también del cambio climático, que se refleja en los récords de temperatura, aunque en el caso de las lluvias aclaró que, en Jujuy, no está claro si se está en presencia de récords: “Tendríamos que revisar muchos años, y hay registros desde 1908”.
“El cambio climático está y no podemos negarlo”, aseveró Buitrago, y recordó que esta alteración se manifiesta con “un incremento lento pero continuo de la temperatura, lo que aumenta la evaporación y, lógicamente, las lluvias”.
Sobre la forma de contrarrestar este efecto, insistió con lo ya sabido: “Hay maneras, pero es un poco difícil; habría que empezar a disminuir la quema de hidrocarburos, en los vehículos, en las usinas, donde se quema combustible para producir energía”, indicó.
Explicó que en Jujuy ese incremento de temperatura presenta un valor promedio de 0,6 grados por año. “Parece poco, pero en el volumen brutal que tiene la atmósfera, es mucha caloría que se incorpora”, agregó.
Por esta razón, es esperable que haya cada vez inviernos más cortos y menos fríos, tal como se viene dando en los últimos años. “El año pasado hubo pocos días con heladas fuertes, pero prácticamente es como si no tuviéramos inviernos”, dijo.