La Organización Tupac Amaru, a través de un comunicado, señala «al juez Pablo Pullen Llermanos y al Poder Judicial y Político de la Provincia» como responsables de «la integridad física y mental de Molina».
Las condiciones de detención en la Comisaría de la Mujer ya habían sido denunciadas en enero por la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento del Mercosur, Julia Perié, tras visitar a Milagro Sala cuando todavía se encontraba allí detenida. De hecho, tras esa presentación el juez dispuso el traslado de Sala a la Cárcel de Mujeres de Alto Comedero.
Molina inició una huelga de hambre a comienzos de esta semana para denunciar las condiciones inhumanas de detención en la Comisaría de la Mujer: los techos tienen goteras, por lo que llueve dentro de la celda; no tienen agua caliente ni calefacción, y aunque había llevado su propio colchón, la obligaban a dormir en el piso a pesar de que sufre una hernia de disco.
A pesar de llevar más de un mes detenida, el juez le negó primero el cese de detención y luego el pedido de traslado al penal de mujeres, sin que se conozcan las razones.
El juez Pablo Pullen Llermanos ordenó la detención de María Molina basado en una única prueba: la declaración testimonial de la hija de un hombre que está detenido por la misma causa. La única prueba y acusación contra Molina es la declaración de Yésica Paés, hija de Jorge Rafael Paes, detenido por tentativa de homicidio y beneficiado por el mismo juez con prisión domiciliara tras haber denunciado a Milagro Sala.