Ronald Noble
Ronald Noble

Interpol enterró el corazón de la causa por el Memorándum con Irán: punto final a la historia de las alertas rojas

El 4 de diciembre de 2013, Interpol Buenos Aires le mandó un radiograma a la Secretaría General de Interpol, en Lyon: «Sólo el juzgado federal 6, a cargo de Rodolfo Canicoba Corral, tiene potestad para levantar las órdenes de captura con alertas rojas y por lo tanto esas alertas rojas están plenamente vigentes contra los prófugos de nacionalidad iraní».

El texto consta en un amplio informe de 12 páginas que Interpol Argentina -seguramente con el visto bueno de Interpol mundial- le hizo llegar al juez Marcelo Martínez de Giorgi en el que queda claro que, aún después de firmado el Memorándum de Entendimiento con Irán, nunca hubo gestiones ni intención de levantar las órdenes de captura contra los sospechosos del atentado contra la AMIA. O sea que demuele la hipótesis de la acusación, pergeñada en Comodoro Py, de la causa sobre el Memorándum, en el sentido de que se buscó beneficiar a los iraníes.

En el mismo informe figura también una notificación de la sección argentina a la Secretaría General de Interpol en 2008 donde se hace saber a la central que el fiscal Alberto Nisman «acepta con beneplácito futuras reuniones con Irán» para buscar un acuerdo para que los sospechosos declaren en la causa AMIA.

El informe de Interpol fue emitido por la División Asuntos Internacionales de la Policía Federal Argentina, que es la sección argentina de Interpol, aunque siempre los documentos pasan por el filtro de la conducción mundial de la central de policía. El texto está firmado por la subcomisaria Luz Marina Prieta, a cargo de la oficina de Interpol, que en verdad se limitó a transcribir la documentación que se corresponde con las comunicaciones entre Interpol Argentina y la Secretaría General de Lyon entre noviembre de 2006 y agosto de 2017.

El informe se le entregó a Martínez de Giorgi por pedido de los querellantes, dos familiares de las víctimas del atentado, ambos muy vinculados a la dirigencia de la comunidad judía y que tienen a su lado a la propia DAIA. Todos ellos, de la mano del juez Claudio Bonadío, llegaron incluso a acusar a Cristina Kirchner y Héctor Timerman por traición a la patria.

La idea al pedir el informe de Interpol era demostrar que hasta el secretario general, Ronald Noble, estuvo en una especie de oscura maniobra para mejorar la situación de los prófugos iraníes. Los querellantes quieren evitar que Noble declare en el expediente porque saben que derrumba toda la acusación ya que él y Joel Sollier, encargado judicial de Interpol, eran los responsables de las alertas rojas y ya dijeron públicamente que nunca se intentó levantar las órdenes de captura con alertas rojas.

El resultado de las 12 páginas entregadas por Interpol es exactamente el contrario al que buscaban los querellantes: documenta en forma nítida que las órdenes de captura con alertas rojas no estuvieron sobre la mesa de negociaciones, que el único que las podía levantar era Rodolfo Canicoba Corral, juez de la causa; que el propio Nisman consideraba que había que establecer negociaciones y que durante todo el proceso el norteamericano Noble era una especie de héroe y amigo de Nisman, algo que cambió ni bien el exsecretario general le dio la razón al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y el canciller Héctor Timerman.

«La acusación de Nisman contra la presidenta Kirchner y Timerman es falsa», fue la afirmación lapidaria de Noble en entrevista realizada por Página/12 y publicada el 18 de enero de 2015, el mismo día de la muerte del fiscal. Idénticas palabras le dijo Noble a The Wall Street Journal y las repitió innumerables veces.

Alertas

El extenso informe de Interpol Argentina, que obviamente tiene el visto bueno de la central en Lyon, deja en claro que todo lo que aseguró Timerman en su momento fue cierto.

  • El Memorándum se firmó el 27 de enero de 2013.
  • Pocos días después, en febrero, Timerman le escribió a Interpol pidiéndole que certifique por escrito que el Memorándum no alteraba el status de las alertas rojas.
  • El 13 de marzo de 2013, el consejero general de Interpol declaró que «la validez y la situación de las notificaciones rojas no se vieron afectadas por la firma del tratado con Irán».
  • Esa vigencia fue reafirmada por lo que ahora se ve en el informe entregado a Martínez de Giorgi: con fecha 4 de diciembre de 2013, la oficina de Interpol de Buenos Aires vuelve a notificar a la secretaría general que «el juzgado federal criminal 6 es el único que tiene la potestad de dejar sin efecto las órdenes de captura internacionales libradas oportunamente en la causa AMIA, informando la plena vigencia de las capturas de Ahmad Vahidi, Ali Falajian, Ahmad Rezha Asghari, Mohsen Rezzai, Mohsen Rabbani, Imad Mugniyah y Samuel Salman El Reda».
  • La categórica evidencia de que no se modificaron las alertas rojas es que siguen vigentes hasta hoy.

Revés

El informe de Interpol consigna que el 5 de marzo de 2015, cuando ya había muerto Nisman, su sucesor, Gerardo Pollicita, pidió que declare Noble. Es decir que por entonces, el secretario general de Interpol seguía siendo un testigo confiable. Es más, en sus textos Nisman sostuvo que Noble fue el héroe de la película porque se negó a bajar las alertas rojas.

Pero el problema fue que después se exhibió toda la documentación en la cual quedó claro que la Argentina nunca pidió anular las órdenes de captura y Noble sostuvo: «en ningún momento ni usted ni nadie del gobierno argentino trató nunca de bajar las alertas rojas», le escribió el norteamericano a Timerman.

Con esa postura, Noble pasó a ser considerado un enemigo de los acusadores de CFK y Timerman, al punto de tratar de involucrarlo en una especie de contubernio a favor de los iraníes, siendo que Noble no sólo fue un funcionario del más alto nivel de los Estados Unidos sino que hasta fue el jefe del Servicio Secreto de ese país. Los querellantes saben que si Noble declara, toda el expediente del Memorándum se derrumba y entonces buscaron involucrarlo en una causa armada por encubrimiento de los sospechosos iraníes. Es allí, en esa causa que instruye Martínez de Giorgi, que se agregó el informe de Interpol que exhibe un comportamiento nítido tanto del gobierno argentino como de Noble.

La causa del Memorándum nunca debió existir. Estaba muerta desde el arranque porque era una acusación sobre un tratado, votado por el Congreso Nacional, que encima nunca entró en vigencia porque los iraníes no lo quisieron y, un año y medio más tarde, en mayo de 2014, fue declarado inconstitucional en la justicia Argentina. O sea que si no entró en vigencia no pudo tener efectos jurídicos. Si la causa ya estaba moribunda, el informe la entierra más todavía, porque demuestra nuevamente que no se hizo la menor gestión a favor de los iraníes.

La tarea de Faurie

Los querellantes de la causa del Memorándum, junto a la dirigencia de la comunidad judía alineada con Cambiemos, intentaron sostener que una leyenda puesta después de la firma del Memorándum implicaba una mejora en la situación de los iraníes.

En el informe de Interpol entregado esta semana se reitera la fórmula que se puso a las órdenes de captura: «La Secretaría General de Interpol fue informada respecto de que el 27 de enero de 2013 se firmó un acuerdo entre Argentina e Irán, respecto del atentado de 1994, relacionado con la presente notificación de las órdenes de captura, con el fin de resolver la cuestión por la vía diplomática. El status de la presente notificación de las capturas permanece inalterado, según lo decidido por la Asamblea General».

En otras palabras, los dos miembros asociados de Interpol, Argentina e Irán firmaron un acuerdo para ver si, mediante una instancia diplomática, se lograba la declaración de los sospechosos iraníes. Pero que ese esfuerzo -que fue auspiciado por Interpol- de ninguna manera cambiaba las notificaciones de las órdenes de captura con alertas rojas vigentes y aprobadas por la Asamblea General de Interpol. Es decir que el informe entregado a Martínez de Giorgio ratifica que no hubo cambios y que la leyenda no aliviaba la situación de los iraníes.

Los querellantes, la DAIA y Cambiemos -que ya estaba en el gobierno- sostuvieron que el agregado fue pedido por la Argentina, pero nuevamente Interpol aclaró que la frase fue incluida por decisión de la secretaría general de Interpol, no por pedido argentino.

La administración macrista siguió con la batalla y el entonces embajador en Francia y luego canciller, Jorge Faurie, fue hasta la central en Lyon y reclamó sacar la leyenda, con lo cual quería dejar en evidencia que el texto lo impulsó el gobierno kirchnerista. Interpol -que ya no tenía a Noble como secretario general- se negó a cambiar la leyenda y la mantuvo, sólo que agregó un texto adicional en el cual se consignó que el Memorándum fue declarado inconstitucional en la Argentina y que Interpol no opina sobre ese acuerdo porque es un tratado entre los dos países.

El trasfondo de todas estas idas y vueltas es que Argentina e Irán son dos miembros de Interpol, una organización que suele lidiar con la búsqueda de terroristas, narcotraficantes, violadores, no con conflictos entre sus miembros. Al haber un choque entre dos socios, Interpol trata de que se sienten a negociar y busquen una solución al diferendo. Por eso en su momento Interpol auspició el diálogo, Nisman estuvo de acuerdo y hasta viajó a una reunión con los iraníes en 2010. Firmado el Memorándum, Interpol lo consideró un avance hacia una solución pacífica, por eso lo consignó, aunque siempre sosteniendo las órdenes de captura.

Por Raúl Kollmann, en Página/12

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