El paro de 72 horas, con acampe incluido, finalizó el viernes con una marcha, un acto y una asamblea general que a pesar del enojo expresó optimismo y fortaleza para continuar con el plan de lucha.
La asamblea se realizó en la Plaza Belgrano, donde se decidió por unanimidad ir el lunes próximo a cada lugar de trabajo y debatir con los agentes del estado en plenarios y adoptar una medida unificada de cara a la profundización del plan de lucha.
Lo que también se aprobó por unanimidad es no abandonar el reclamo ni las protestas, y considerar todas las variantes que tenemos los trabajadores para pelear por lo que es justo y por las necesidades de todos.
“Ni la violencia de la policía, ni los aprietes, ni el autoritarismo del Gobierno”, es la consigna.
Los manifestantes expresaron: «No nos van a sacar de la calle y no van a callar nuestros reclamos, aunque el Gobierno use la violencia de la policía, las amenazas y las presiones contra los trabajadores o contrate empresas para reemplazar a los trabajadores en huelga». Por eso, la asamblea tomo la decisión de endurecer las medidas y no aflojar en la lucha.