“Les han mentido, les han prometido una plata que no les han dado”, decía esta mañana una de las mujeres que participaron de la protesta frente a la casa de Gobierno que reclamó por el pago de haberes a los trabajadores del ingenio La Esperanza que optaron por jubilarse, ya que todavía no cobraron ni un peso.
La jubilación fue una de las alternativas ofrecidas por el gobierno provincial a fines del año pasado en el proceso de venta del ingenio. Fueron 87 los obreros que tomaron esta opción, todos con décadas de trabajo, y firmaron un acta acuerdo en la que quedó asentado que comenzarían a cobrar sus haberes de inmediato. Pero la plata no aparece.
“Necesitamos una respuesta de si nos van a pagar o no. Y si no, iniciaremos medidas. Una huelga de hambre, una sentada en la plaza… porque nuestra situación no da para más”, advirtió en diálogo con El Submarino Radio (91.5) Cipriano Gaspar, extrabajador del ingenio.
Gaspar entró a La Esperanza cuando tenía 19 años, hace ya 38. “Me formé profesionalmente en el ingenio -relató-, no sé trabajar en otra cosa. Nuestra situación es muy difícil, no percibimos ingresos ni tenemos trabajo por nuestra edad”.
El caso de Gaspar es el de muchos otros que no alcanzan la edad requerida para la jubilación. Para que aceptaran el retiro, el ministro de Trabajo y Empleo, Jorge Cabana Fusz, fue el vocero del gobierno que el año pasado les propuso optar por una jubilación anticipada. “Nosotros lo aceptamos de buena fe, pero al final es un despido encubierto”, lamentó.
Las “mujeres azucareras”, como se llaman a sí mismas, son las esposas, madres, hermanas e hijas de los trabajadores del ingenio, que vienen acompañando desde siempre los reclamos y la lucha por el mantenimiento de los puestos de trabajo. Y una vez que esa batalla se perdió, continúan alzando la voz por los jubilados y los despedidos, para que se les pague lo acordado.
“Venimos a apoyar a los jubilados que han entregado su vida al ingenio y todavía no cobraron nada. Les han mentido, les han prometido darle una plata no les han dado”, describió una de las mujeres, y otra agregó: “Una vez más estamos acá, haciendo saber a todo el pueblo que Gerardo Morales les mintió a los compañeros”.
Pero el problema no es solo de los jubilados. Los despedidos que eligieron la vía de la indemnización tampoco cobraron. “El día a día es luchar, ver qué les damos a nuestros hijos, ya que hace cuatro meses el gobierno no cumple con los jubilados ni con los despedidos ni con los que están activos”, sintetizó uno de los extrabajadores.
“Esto es lo que pasa con el ingenio, con los niños que tienen que ir a la escuela. Cocinar un guiso es un lujo para nosotros. No tenemos obra social, estamos haciendo magia en La Esperanza. Hay momentos que salimos a pedir para llenar la olla o darles unas zapatillas a nuestros hijos”, completó otro.
La semana pasada enviaron un pedido de audiencia al gobernador. Por ahora no tienen novedades, a pesar de que sobraron promesas. “Tuvimos una audiencia con el vicegobernador, y él se comprometió a tener una reunión con los ministros de Producción y de Trabajo para ver si correspondía o no el pago de los 140 mil pesos”, explicó Gaspar.
“Nos dijo que nos iba a notificar el resultado de esa reunión y que iba a hablar con el gobernador para que nos reconozca los 140 mil pesos, que a más tardar el viernes nos iban a notificar, pero hasta el día de hoy no tenemos respuesta. Por eso otra vez nos movilizamos desde San Pedro hasta acá”, continuó.
La inquietud viene creciendo, al igual que la desconfianza. Este martes se abren las propuestas presentadas en el llamado a licitación, por lo que puede suponerse que la venta de la empresa sería inminente. Mientras tanto, la situación de los extrabajadores del ingenio sigue en veremos.
“El conflicto nuestro no lo soluciona nadie y necesitamos una respuesta, porque nuestra economía está a la miseria, no tenemos trabajo”, agregó Gaspar.
Ya es bastante grave no estar cobrando ni indemnización ni jubilación desde hace cuatro meses; sin embargo, hay más. Algunos de los despedidos denuncian que “los han sacado del trabajo aplicando un artículo que no es compatible con la verdadera relación laboral”, según describió Gaspar, con lo que se están violando sus derechos constitucionales.
Para agravar más la situación de los jubilados, están solos en esta pelea, ya que no poseen organicidad formal. “No tenemos personería gremial ni representación legal -dijo Gaspar-. Somos 87 personas que de buena fe aceptamos el ofrecimiento del ministro Cabana Fusz, que cuando fue al SOEA nos dijo ‘muchachos, firmen y la semana que viene tienen la plata’”. Pasaron casi cuatro meses. La plata no llegó todavía.
“Convocamos a toda la ciudadanía -expresaron desde la vereda de la Casa de Gobierno-. Estamos acá y esperamos a los maestros para estar todos en una sola lucha, porque todos vamos por el mismo camino. Pedimos solidaridad, que vean que esta es la realidad y no la que pasa en la tele”.