Era un partido importante para el quinteto jujeño, que venía con la moral muy alta luego del triunfo ante Olimpia de Catamarca del viernes anterior. Así fue como salieron a jugar con mucha decisión.
Pero los visitantes también buscaron el triunfo, lo que devino en un partido vibrante y parejo, aunque poco vistoso por falencias técnico tácticas.
El primer tiempo fue parejo, aunque Río Grande mostraba como siempre los acostumbrados errores en defensa, y desaprovechó la poca efectividad y el fuego lento de los santiagueños. La primera etapa la ganó el visitante por un punto, 39 a 38.
En la segunda se vio lo mejor del Azucarero, especialmente en el tercer parcial, con mucho ataque y alta presión en defensa, gracias a lo que pasó al frente en el marcador por 65 a 53.
Faltaba un cuarto, el último, diez minutos nada más.
Gustavo Fernández en la visita y José Miguel Bustamante en el local tomaron las riendas de cada avance. El juego aumentó en emoción e intensidad, pero solo uno hizo bien las cosas, el que utilizó más la inteligencia que el corazón, y ese fue Avellaneda.
El visitante manejó mejor cada ataque, limó las diferencias y aprovechó el manojo de nervios y descontrol en lo que se transformó Río Grande, que se desordenó en defensa y exageró en el individualismo. Final: ganó el visitante 74 a 69.
El próximo partido de Río Grande es el domingo, en el René Raúl Romero, desde las 21.00 horas, ante Tucumán B B.