Por Guillermo Snopek senador nacional por Jujuy En el último debate que tuvimos en el Congreso Nacional, hace pocos días, solicité una cuestión de privilegio para poder hablar y expresar mi repudio al clima de violencia que se estaba viviendo. Puntualicé particularmente en la frase “Son ellos o nosotros” del diputado nacional Ricardo López Murphy y las expresiones fuera de lugar que se estaban dando a través de los medios y las redes sociales.
Traté de advertir respecto a la profundización de una grieta que viene desde hace tiempo, aunque obviamente no me imaginaba que tan sólo unas horas después se iba a producir el intento de asesinato de nuestra vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Al enterarme, volví rápidamente al Congreso, donde nos encontramos miembros del oficialismo y la oposición para expresar nuestro repudio a lo acontecido y la necesidad de que todos contribuyamos a la paz social.
Paralelamente leí un tweet del gobernador Gerardo Morales con un mensaje similar y pensé, de buena fe, que quizás se abría la posibilidad de poner un alto a la crispación y retomar el sendero del diálogo.
Pero, a las pocas horas, apareció nuevamente la necesidad de diferenciarse políticamente y nuestro gobernador anunció que Jujuy no se adheriría al Feriado decretado por el Gobierno Nacional, como parte de una jornada en la que la que se invitaba a la ciudadanía a manifestar su repudio a lo que pasó.
Para Morales, sin embargo, bastó con un Tweet para expresar la solidaridad de todos los jujeños y al otro día había que hacer casi como si nada hubiera pasado.
Para mí lo que pasó fue de una gravedad que sólo con el tiempo lograrán comprender algunos y, también debo decirlo, la divina providencia jugó para Argentina. Por eso mismo creo que es un momento en el que más que nunca impera que todos los que tenemos responsabilidades políticas alentemos la posibilidad de establecer canales de diálogo entre todos y todas.
Desde el lugar que nos toca, debemos pensar qué es lo que podemos hacer para terminar con los discursos de odio, que no sirven para otra cosa más que para enfrentar entre sí a compatriotas.
Por eso mismo creo que el gobernador Gerardo Morales, que es la máxima autoridad de nuestra Provincia, tiene que hacer un esfuerzo por unir a los jujeños. No puede ser que su idea de “paz social” se esconda detrás de una política persecutoria para los que piensan distinto. No pueden verse enemigos en todos lados: en los docentes, en los trabajadores de la Salud, en los movimientos sociales, en las otras fuerzas políticas.
No es sano gobernar así, ni se sostiene en el tiempo. Ojalá podamos aprovechar la chance y nos olvidemos del “Ellos o nosotros”. Quizás así, en vez de plantar muros que separan a la gente, podamos pensar en construir puentes, que la vuelvan a integrar.