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La nueva gestión de la Defensoría del Pueblo buscar anticiparse a las denuncias

Ricardo Pierazzoli, el último ministro de Hacienda de la gestión Fellner, acaba de asumir como Defensor del Pueblo de Jujuy, tras la aprobación de su pliego en la Legislatura. Dice que encara la nueva etapa “con alegría y convicción”, y que se propone fortalecer dos aspectos que para él son clave: el trabajo en equipo y la tarea de los defensores adjuntos que actúan en las delegaciones del interior.

En diálogo con El Submarino Radio, Pierazzoli asegura que el objetivo de la Defensoría del Pueblo debe ser el de anticiparse a los reclamos, en lugar de jugar un rol de mera recepción de denuncias. “Si yo me puedo anticipar a los reclamos con una fuerte medida de promoción de información, y de ese modo logro que disminuyan los reclamos, entiendo que es una gestión eficiente”, señala. 

-¿Cómo encontró la Defensoría del Pueblo de Jujuy?

-Encontré un organismo en orden, un equipo de trabajo, un cuerpo de abogados consolidado, pero con el problema de que no tiene la difusión ni la presencia necesaria, con la continuidad de trámites administrativos cotidianos, en lo que tiene que ver con la recepción y tramitación de quejas. Pero hay gente que viene trabajando y con mucha vocación, comprometida con el ciudadano, un grupo de gente muy lindo.

-¿Qué planes tiene para su tarea?

-En este momento se viene cumpliendo ordenadamente con las disposiciones de la ley 5111 en materia interna. Por otro lado, encontramos como principal desafío llevar adelante el reposicionamiento del organismo ya no como el defensor, en una persona, sino como la Defensoría del Pueblo de Jujuy, que tiene un rol sustancial, sobre todo en este contexto.

-¿En qué sentido?

-En principio, con el abismal incremento tarifario, donde las normas que dictan esos incrementos dicen que hay un grado de tolerancia respecto de las personas con poco poder adquisitivo. La Defensoría debe tener un rol mucho más presente y ágil, y esto se logra trabajando con el vecino y acercando la Defensoría a toda la provincia. Hay siete delegaciones: San Salvador de Jujuy, La Quiaca, Humahuaca, Abra Pampa, San Pedro, Libertador y Palpalá, cada una con su defensor adjunto, que es un abogado que responde a los lineamientos del defensor y atiende la problemática de su región y su localidad, que es distinta a la que puedan tener los centros urbanos concentrados como San Salvador. Por ejemplo, en un lugar como Abra Pampa es muy positivo tener un abogado en la Defensoría del Pueblo, porque la gente puede acceder a consultas gratuitas en materia legal para la resolución de conflictos, y de ese modo no necesita venir a Jujuy. 

-Decía que busca darle una impronta más dirigida al trabajo en equipo y menos centrada en la figura del defensor. ¿Cómo sería eso?

-Yo tengo una formación de trabajo en equipo. Después de mi gestión en Hacienda, más del 60 por ciento de los integrantes del equipo siguen allí, porque es un equipo de profesionales especializados que tienen puesta la camiseta de la institución y no de quien la comanda. Insisto en lo valioso del equipo de trabajo de la Defensoría, en los recursos humanos, que tienen que fortalecerse en la idea de que estamos al servicio absoluto del ciudadano, desde la persona que abre la puerta en la sala de espera hasta el propio defensor. Yo pienso darle esa impronta a la Defensoría. Por ejemplo, el defensor adjunto propuesto por la UCR para San Salvador de Jujuy es el doctor Zurueta, que ya ha hecho un acercamiento al municipio de la capital y el municipio ha mandado en el transcurso del día a dos abogadas, una del área de gestión jurídica y otra del área de servicios públicos, para coordinar y anticiparnos a las quejas. Mi concepción es que la defensoría no es mejor cuando recibe una mayor cantidad de quejas. El hecho de que cada año aumenten las denuncias muestra que hay un problema estructural que se está atendiendo de manera deficiente. Si yo me puedo anticipar a los reclamos con una fuerte medida de promoción de información, y de ese modo logro que disminuyan los reclamos, entiendo que es una gestión eficiente.

-¿Cómo se consigue eso frente a los reclamos puntales, como por ejemplo los de la telefonía celular, que encabezan las denuncias?

-La telefonía celular ya tiene que ver con un servicio público, que es la comunicación, y debe entenderse así, aunque no está reglamentada en ese sentido. Con los movimientos y transferencias que hubo en este primer trimestre a nivel nacional, y hasta la competencia desleal de mercados en una puja terrible entre grupos monopólicos, nosotros no tenemos facultades para intervenir de manera eficiente eficaz. En este contexto, no soy eficiente si le digo al vecino que su reclamo ha dado curso o si le han devuelto o no algo. Yo me tengo que sentar con todos los de la telefonía celular y decirles “o me disminuyen el nivel de falencias y lo que cobran en la facturación o nos juntaremos todos los defensores y nos iremos a tomar un puesto a Buenos Aires para resolver este tema”.

-¿Los servicios públicos son los que más reclamos concentran?

-En los informes que hemos encontrado aparece que los principales reclamos son referidos a la defensa del consumidor, sobre todo en telefonía, tarjetas de crédito, débitos no autorizados y cosas así. En segundo lugar aparece el tema familiar, al que no se le suele dar la importancia que tiene, porque la telefonía lo tapa. Lo cierto es que la Defensoría ha jugado un papel muy importante de asesoramiento a través del cuerpo de abogados en conflictos de familia, de violencia de género y otros relacionados. Aquí creo que es mucho más importante trabajar con los organismos del estado, porque no se está llegando bien y la Defensoría en esto es un vehículo.

-¿Cuentan con presupuesto?

-El presupuesto está manejado en la órbita del cuerpo legislativo, y rendimos cuentas al Tribunal de Cuentas. Los informes anuales de ejecución se elevan al Ejecutivo, a los diputados y al Superior Tribunal de Justicia. Lo que está asignado alcanza para la estructura de atención, pero si pretendemos encarar una política fuerte de llegada al interior, al ciudadano y a anticiparnos, vamos a tener que hacer una reformulación presupuestaria. Además, con la reorganización del Ejecutivo, la cantidad de direcciones que se han creado y los nuevos funcionarios que se han incorporado, la interacción de la Defensoría será ahora con más organismos, y en ese sentido debería haber una adecuación del presupuesto. Más allá de estas cuestiones, quiero destacar cómo se llega a constituir el cargo, cómo lo propone la política y cómo los veinte diputados radicales han avalado mi nombramiento. Así, una vez armada y tramada la cuestión política y teniendo el acompañamiento de las dos terceras partes del cuerpo legislativo, instalado en el cargo, el defensor del pueblo se debe al pueblo. De esta manera, asumo esta gran responsabilidad con mucha alegría y convicción.

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