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En una visita al cruce de Rafah, en Egipto, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, condenó el bloqueo a los camiones con ayuda humanitaria para Gaza y sostuvo que «es un escándalo moral».
En su discurso en medio de la crisis que afrontan los ciudadanos palestinos en Gaza, al borde de la inanición, el secretario general pidió a Israel un «compromiso férreo» para facilitar la llegada de los camiones con ayuda humanitaria a Gaza.
«Desde este paso fronterizo, vemos la angustia y la crueldad de todo esto. Una larga fila de camiones de ayuda bloqueados a un lado de las puertas, la larga sombra del hambre al otro. Es más que trágico. Es un escándalo moral», expresó Guterres.
Desvaneciéndose las ilusiones de una posible tregua con el paso de los días en el mes de Ramadán, el secretario general pidió un alto el fuego humanitario y la liberación de los rehenes, cautivos desde hace más de 500 días.
Respecto al panorama desolador en Gaza, Guterres sentenció: «Ha llegado el momento de inundar Gaza con ayuda vital. La elección es clara: o aumento de la ayuda o inanición». El interminable conflicto entre Israel y Hamas, que sólo contó con una tregua hasta el momento, generó un panorama en el que la ayuda humanitaria no da abasto, por lo que distintos países se sumaron al envío de suministros.
De acuerdo a un estudio publicado el pasado jueves por el Centro de Satélites de Naciones Unidas (UNOSAT), el 35% de los edificios de la Franja de Gaza sufrieron daños estructurales por los bombardeos, y debido a la extensión de la guerra, se perdieron más de US$25.000.000 de ingresos laborales, según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
«En Gaza, barrios enteros han sido aniquilados. Se han demolido infraestructuras, instalaciones de energía y agua. Se han destruido escuelas, instalaciones médicas y negocios», agregó el director de la OIT para los Estados Árabes, Ruba Jaradat.
