Por Alejandro “Coco” Garfagnini Expertos en pobreza y conflictos sociales hicieron un despliegue mediático con teorías estigmatizantes contra los pobres y sus organizaciones. Una de ellas, muy original, fue ponerle precio: «¿Cuánto le sale al Estado un pobre?», se preguntaban. Sin embargo, a nadie se le ocurre presupuestar cuánto le sale al Estado un rico.
Si algo le faltaba decir a los miembros del consenso político de la corrección democrática se dijo esta última semana. “Basta de apretar a los argentinos”, gritó el ministro como si los que protestan en la puerta de su ministerio fueran ciudadanos chechenos importados del sitio a Kiev.
“Hay que sacarles los planes a las madres que llevan sus hijos a los piquetes” redoblaba la apuesta el intendente de la ciudad desde el moderado palomar porteño desoyendo a los halcones que seguramente proponían sacarles directamente sus hijos.
Entre halcones y palomas se escuchó la voz de un carancho bonaerense jactarse de cuándo y cuántos dirigentes sociales había metido presos en su amplia trayectoria del garrote sin que ningún dirigente del Frente de Casi Todes lo desmintiera y lo llame al orden y a la reflexión.
No hay que quitarle merito tampoco al renovador presidente de la cámara de diputados que ya hace un año le daba un golpe mortal a la pobreza, proponiendo una muy publicitada ley de reconversión de los planes sociales en trabajo.
Recuerdo que mientras hablábamos de un pato, otra ave voladora de la política argentina, se comprometió personalmente a hacerme llegar el proyecto que todavía estoy esperando. Quizás en el Massapalloza que planifica para estos días en Mar del Plata sepamos de algún renglón.
Y cuando hablamos de garrotes y golpes mortales desde su latifundio marihuanero, Gerardo Morales vuelve a ponerse a la vanguardia de la persecución deteniendo a dirigentes sociales por una contravención demostrando que el sí tiene capacidad de ejecución sobre la agenda política argentina, no como el resto que sólo hacen declaraciones inofensivas, para bruto no hay como él.
Con algunos de los pocos amigos que aún me quedan, coincidíamos que nos sentimos viviendo situaciones muy parecidas al 2016. Es que Milagro y los compañeros de la Tupac Amaru fueron detenidos aquel mes de enero también por una contravención en el marco de una despiadada persecución al movimiento popular, que en el caso de nuestra organización aún continúa.
El gobernador alineado al gobierno nacional de ese momento es el mismo alineado al gobierno nacional de este momento, la justicia provincial sigue siendo de su propiedad y los medios de comunicación siguen construyendo hogueras televisivas para liberar a la sociedad de lo peor que tiene, los pobres y sus organizaciones. Y como panel de fondo de este decorado, la foto sonriente del genocida Carlos Pedro Blaquier impune de sus crímenes.
Lo que motivó la escalada de declaraciones de los expertos en pobreza y conflictos sociales fue un gran despliegue mediático sobre el acampe en la 9 de julio que derivó en teorías estigmatizantes contra los pobres y sus organizaciones solo comparables con la puesta en marcha del lawfare macrista en el 2016.
Una de ellas me pareció muy original: presupuestaban un pobre argentino. ¿Cuánto le sale al Estado un pobre? se preguntaban. Cuánto le sale a usted televidente mantenerlo con sus impuestos. Vamos a los números a precio oficial de hoy viernes 8 de abril de 2022, día en que se escribió esta nota-.
Una familia de papá, mamá y dos hijos: un plan Potenciar Trabajo $16.500; Asignación Universal por Hijo (2): $12.750; Tarjeta Alimentar (2): $12.000. Combo Familia Pobre con 2 hijos: $ 41.250. Solo hay algo más violento que vivir con 41.250 mangos y es hacerte creer que sos pobre por tu culpa.
A nadie se le ocurre presupuestar cuánto le sale al Estado un rico, un Paolo Rocca por ejemplo al que Martínez de Hoz le regaló infinidad de tierra productiva del Estado en Santa Fe y una empresita como Somisa; o Marcelito Midlin o los Bulgheroni o los Galuccio a los que les subsidiamos la producción de gas natural para que vos les pagues directamente a ellos tu consumo. Ni hablar de los bancos.
Mientras yo estoy escribiendo esta nota un viernes a la mañana suceden dos cosas simultáneamente: la mayoría de mis compañeros están pensando cómo darle de comer a su familia este mediodía y el banco central le sube la tasa de referencia a los bancos con lo que deberemos pagarles en el 2022, nada más que $2,3 billones. Sí, leíste bien, billones por los intereses de Leliq y Pases, algo así como el 4% del PBI.
Todo esto no sería posible si los principales medios de comunicación que producen la basura cotidiana para convencerte de que el principal obstáculo argentino son los pobres, no recibiera pauta oficial del Estado. Grupo Clarín $649.863.612; América (Manzano – Vila) $335.324.870; S.A. La Nación $139.989.077 a modo de ejemplo para que el televidente sepa en qué y cómo se gastan sus impuestos.
Y hay un plus que va a tener que pagar porque, todos estos empresarios exitosos más unos cuantos más que figuran en el informe de fugadores de divisas del Banco Central, se llevaron 40 mil millones de dólares del préstamo del FMI al exterior y no dejaron una moneda ni para el tobogán de la plaza de sus hijos.
Por favor no hagan promesas sobre el bidet
Lejos quedaron aquellas fotos de la Mesa contra el Hambre donde empresarios, gerentes de multinacionales y mediáticos de ocasión regaban de lágrimas aquel coqueto salón de Puerto Madero frente al drama social del hambre.
Son los mismos que hoy están remarcando compulsivamente precios de alimentos de la canasta básica y llevándose por la canaleta del contrabando y la fuga de capitales la riqueza de nuestra Patria y la comida de los argentinos. Más lejos quedaron aquellas contundentes promesas que “entre los bancos y los jubilados me quedo con los jubilados” o que los salarios le van a ganar a la inflación”; o que “se terminó la persecución política”.
Sé que la mayoría de los que ocupan cargos institucionales del gobierno no vivieron ni padecieron al macrismo, tampoco lo resistieron, menos aún se emocionaron aquel 25 de mayo del 2018 donde 500.000 argentinos gritaron en la 9 de julio La Patria está en Peligro – No al FMI.
Seguramente hayan visto solo por las noticias las luchas contra la reforma previsional o la tenaz pelea por la libertad de los presos políticos y tantas y tantas patriadas que protagonizó nuestra militancia en la absoluta intemperie durante esos años. Nadie se enamora de lo que no consiguió luchando, eso es lo que se nota y se trasmite en cada acto de gobierno.
Algún posibilista de los que abundan me dirá están siempre criticando, propongan algo y la verdad es que nos cansamos de proponer. Es como ladrarle a la luna. Nos cansamos de explicar que Perón en una situación similar de pos guerra fundo un país, nos cansamos de pedir una balanza en las terminales de las 7 agroexportadoras multinacionales; nos cansamos de decir que donde hay soberanía hay trabajo para los argentinos, nos cansamos de indignarnos porque el quinto productor de alimentos del mundo no pueda alimentar a su población, nos cansamos de gritar que distribuyan la riqueza, que controlen el comercio exterior, etc. etc. etc.
Nos cansamos tanto como están cansados, angustiados y defraudados los millones que no nos votaron el año pasado o los miles que pueblan las calles de la ciudad protestando.
De lo que no nos cansamos es de soñar una Patria justa, libre y donde nuestro pueblo sea feliz. Por eso, el próximos 25 de mayo convocaremos a toda la militancia a reencontrarnos, a valorarnos, a empezar la lucha otra vez en un gran Encuentro Patriótico porque nuestro destino como pueblo depende de nosotros mismos.
P.D. Alberto, devolvenos a Luis Alberto Spinetta.