Tras el violento desalojo policial del lunes del acampe que mantenían las comunidades al costado de la Ruta 9 a la altura de Purmamarca, cerca de 200 efectivos hostigan al reducido grupo de personas que permanece en el lugar, a pesar de que no hay corte de ruta. Sin orden judicial, pretenden dispersar a las personas que incluso se alejaron de la ruta para apostarse más cerca de la vera del río Grande.
El lunes temprano en la mañana, más de 200 efectivos de la policía provincial, a los que se sumó gente de civil, desalojó la permanencia al costado de la ruta, destruyó las pertenencias y la carpa donde se guarecían las comunidades, incluidos alimentos, ropa e instrumentos musicales, y les prendieron fuego. El jueves pasado se había liberado la circulación de los vehículos, en el marco de las elecciones celebradas este domingo.
Un reducido grupo de comuneros y comuneras se quedó en el lugar, alejándose de la ruta para mantener la permanencia más cerca del río. La policía se quedó en el cruce, instaló su propio gazebo y este martes procedió a quitar la wiphala que las comunidades habían colocado junto a la bandera argentina.
Al retiro de la wiphala se sumó otra acción de fuerte contenido simbólico, cuando el municipio de Purmamarca quitó la escultura del cacique Viltipoco que estaba en la plaza central del pueblo, para llevarla a un patio trasero de la iglesia.