En la audiencia de hoy, cinco de los seis represores imputados, utilizaron el derecho de la última palabra, para mantener el pacto de silencio y su inocencia, durante el accionar de las fuerzas represivas, durante la dictadura cívico-militar-eclesiástica.
Todos los que pidieron la palabra al Tribunal, deslindaron responsabilidades de los hechos por los cuales, se los están juzgando, solicitaron que “se haga justicia” y uno de ellos, Ortiz aseguró que “pongo mi vida en manos del señor”.
Vargas, desde la prisión de Ezeiza y por video conferencia, dijo que el número de víctimas durante la dictadura «no pasan los ocho mil hombres», incluidas las muertes que se produjeron antes del golpe».
El próximo jueves de la semana, el día de la sentencia, Orlando Ricardo Ortiz, usará el derecho de hablar y de emitir su última palabra, antes de la sentencia que brinde el Tribunal.
El mencionado proceso judicial se inició el pasado 4 de septiembre del año pasado, tiene como imputados a los ex penitenciarios, Carlos Alberto Ortiz, su hermano, Orlando Ricardo Ortiz, Herminio Zárate y Mario Marcelo Gutiérrez; el ex sargento de Ejército, César Darío Díaz, y el ex oficial de Ejército Antonio Orlando Vargas, condenado a 25 años de prisión en el primer juicio que se llevó a cabo en la provincia.
En este juicio, se esta develando las detenciones, torturas y homicidio, hechos ocurridos entre los últimos días del mes de mayo de 1976 y el 10 de junio del mismo año son: Dominga Álvarez de Scurta, Osvaldo José Garibaldi, María Alicia del Valle Ranzoni, Juana Francisca Torres Cabrera, Pedro Eduardo Torres Cabrera, Jaime Lara Torres y Jorge Turk Llapur.
De todos los desaparecidos el único cuerpo que fue hallado, en el cementerio de Yala inhumado como NN, fue el de Álvarez de Scurta, reconocido por familiares y un empleado de la morgue del Hospital Pablo Soria, en la capital jujeña.