La triste historia de la policía de Larreta y sus aspiraciones dictatoriales

Por Alejandra Cejas*. Los medios de comunicación nacionales, vinculados a la derecha argentina, a los poderes económicos concentrados, nos muestran imágenes de policías heridos, de daños materiales a cosas. Nos muestran fuegos artificiales. Nos muestran a un intendente de la Capital Federal, que debe sólo “administrar” la sede de la ciudad que alberga a nuestros representantes nacionales, como si fuera un héroe, cuando en realidad sólo administra la mayor caja nacional de recursos por la única razón de ser sede del Gobierno federal.

Este intendente Larreta, como otros intendentes con aspiraciones presidenciales, como lo fueron De La Rúa y Macri, son hábiles manejadores de la caja financiera, son aspiracionales a lo europeo, son los endeudadores seriales de la historia contemporánea argentina. Son los hacedores del odio y de la violencia que separa a Argentina. Su centralidad mediática, por ser los “jefes” de CABA, les da esa posibilidad, respondiendo a los intereses financieros nacionales y cipayos que florecen en Argentina.

El sábado vimos en cadena nacional cómo la policía municipal de CABA, que está bajo los designios del Rejuntados por el Cambio, valló el domicilio de la vicepresidenta de la Nación, dos veces presidenta, senadora MC y diputada nacional MC, con tanques, patrulleros, filmadores y acosadores pagos de ese municipio. Porque, la verdad, no son otra cosa que un municipio con puerto, hay que reconocerlo.

Foto: Télam

Ayer vimos en cadena nacional que Larreta pretendió encarcelar simbólicamente a Cristina Fernández de Kirchner. Qué provocación. Qué provocación la de este señor, que quiere ser presidente atacando los mínimos principios constitucionales de la Argentina. La Argentina que quiere, mayoritariamente, dejar atrás los resquicios de dictadura que fueron frecuentes en el siglo XX.

La valla que puso Larreta para que Cristina se sintiera “acorralada”, para evitar que el pueblo pudiera llegar a ella, para que se percibiera que la policía municipal la tiene “vigilada” y “en custodia”, finalmente tuvo que ser retirada por la presencia de los miles de militantes que fueron a defender a Cristina.

Foto: Télam

Larreta encarna la dictadura argentina modelo siglo XXI. Pensé que sólo en Jujuy pasaba eso de que la policía te acose y hostigue por órdenes de un señor feudal con aspiraciones. Pero se ve que la cosa fluye en los ámbitos de la derecha argentina.

No hay hábeas corpus que valga cuando la propia justicia es un comité político.

Es gratificante saber que se le realizó una nueva denuncia por espionaje al jefe comunal porteño y otros empleados suyos. Es simple el plexo constitucional: Larreta no tiene permitido, como ningún otro, usar la policía para espiar, filmar, hostigar, agredir o perseguir a sus opositores políticos.

Claramente, Larreta no es el único violador de la Ley de Inteligencia Nacional y de Seguridad Interior. En Jujuy hay otro/s.

Foto: Télam

La militancia de CABA y de la provincia de Buenos Aires provocó que Larreta se repliegue, junto a sus patovicas –no me cabe otra expresión para policías pagos por la comunidad que acosan a funcionarios electos y adversarios políticos de sus jefes administrativos–, y dejen de acosar y hostigar a la actual vicepresidenta y lideresa nacional.

Quienes aplauden al intendente y a otros como él, son los que aplaudieron a la dictadura, no me caben dudas. Son los que aplauden la fuga de capitales, son los que aplauden los saqueos de los recursos de la patria, son los que aplauden la violencia del Estado en todas sus manifestaciones, son los que se entristecen por cada nuevo derecho adquirido. Son los que, en definitiva, históricamente aplaudieron cada vez que Argentina estuvo en el camino del retroceso. Son los que aplaudieron el último endeudamiento de Macri por 60 mil millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional, en complicidad con Larreta, Gerardo Morales y otros tantos.

Foto: Télam

Desde Jujuy, aplaudo a la militancia que está cuidando a nuestra representante. Repudio profundamente el sesgo dictatorial demostrado por el municipio federal de CABA e insto a repensar la violencia generada por los medios de comunicación asociados a los grupos económicos.

Como peronista, festejo y acompaño la oleada de militantes que cada día sale con alegría a defender sus principios, sus derechos y a sus referentes. Eso es de peronistas.

* Exdiputada provincial. Abogada (MP 4147)

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