Lago Escondido: Carta abierta al presidente Alberto Fernández 

Por Francisco «Paco» Olveira*. Estimado compañero Presidente: No pude este febrero acompañar la marcha a Lago Escondido pero lo hice en tres ocasiones de las seis marchas que se realizaron. Este año por el hecho de que el compañero Rachid es una persona conocida públicamente la agresión a la marcha se hizo conocida a nivel nacional.

Pero esto viene pasando año tras año con todo tipo de agresiones que llegaron incluso al hecho de tirar de los botes al agua helada de Lago Escondido a los que habían llegado por el camino de montaña.

Por eso me causó escozor leer en la nota de Página/12 del pasado domingo 13 febrero algunos de sus conceptos: «es un tema raro de entender». La verdad que es clarísimo de entender: el Sr. Lewis tiene en Río Negro más poder que nuestra Constitución y los fallos judiciales que nadie le obliga a cumplir.

También dice usted que habló con la gobernadora de «pensar en construir en algún momento un camino que conduzca al lago». Presidente: el camino ya está, pero si no fuera así, ¿cómo los que arriesgan su vida defendiendo la soberanía nacional pueden quedarse tranquilos frente a sus palabras de «pensar en construir en algún momento» y su remate de «vamos a ver si lo podemos concretar»? Es imperioso que no haya una marcha más a Lago Escondido. Si tenemos que volver a ir, quedará más claro aún qué intereses defiende la Gobernadora y que Lewis tendría más poder que el Presidente de la Nación.

Le escuché decir a usted hace poco reconociendo en el Papa Francisco un referente mundial de la lucha por Tierra, Techo y Trabajo, que usted es católico aunque no muy practicante. Se refería sin duda al tema de la participación en los ritos, pero eso no es lo esencial del cristianismo; lo esencial es el «Derecho y la Justicia» como dicen los profetas del Antiguo Testamento y una de las banderas del justicialismo.

Pero sin ir tan lejos, el domingo 13 además de leer Página/12 leí en las Misas que celebré el Evangelio del día palabras del profeta Jesús que parecían escritas para Joe: «Felices los pobres, los que pasan hambre, los que lloran, los perseguidos y ay de ustedes los ricos, los que ahora están satisfechos, los que se ríen» (de sus hermanes) porque Dios toma partido y está con los primeros para cambiar la situación». Dios estaba en la marcha a Lago Escondido, Dios marchaba y fue retenido por una patota y nadie hizo nada.

Usted no es Macri, no fue a pasar sus vacaciones en la mansión de Lewis, no se puso al lado del «magnate» para defenderlo públicamente en una conferencia de prensa televisada poniendo al victimario como víctima y a las víctimas como acosadores. Pero con eso no basta, porque por ahí también dice la Palabra de Dios en el libro del Apocalipsis que a los tibios los vomitará el Señor, por no ser ni fríos ni calientes…

En febrero, Dios y usted mediante, quisiera ir a Lago Escondido a disfrutar la naturaleza, no a marchar.

* Cura en Opción por los Pobres

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