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Las elecciones de reinas estudiantiles fomentan la discriminación

Por Camilo Kay Haro Galli. Las elecciones de reinas de los estudiantes fomentan la discriminación. Estos certámenes potencian de manera marcada los estereotipos de belleza hegemónicos dejando por fuera una gran cantidad de estudiantes o frustrándolas. También son el epicentro de disputas que en vez de construir una sociedad más tolerante marcan las diferencias de una manera que daña a la convivencia de nuestra comunidad.

La reciente elección de la reina en el único secundario de Huacalera dejó al pequeño poblado en un mar de polémicas y agresivas discuciones que ensució a directivos, profesores, padres y alumnos. La joven elegida fue discutida por otras participantes y sus entornos. Pero, ¿cómo se puede discutir la belleza?

Todos sabemos que la belleza es inmensurable, y desde este punto de vista todas las candidatas pueden ser vistas como hermosas, dependiendo del jurado y sus parámetros para la elección. Si lo entendemos así, toda reina merece su coronación, pero siempre podrán ser discutibles los parámetros de la elección. La belleza es una construcción cultural que al mismo tiempo depende de la subjetividad de quien la enuncia. Entonces, ¿cómo se puede decir si una elección es justa o no?

La licenciada en Psicología Soledad Valeria Gargiulo comenta al respecto de la discriminación en las elecciones de reinas que “no es que las inventa, sino que reproduce algo que está sucediendo en otros campos de la sociedad», y agrega: «Las instituciones reproducen las desigualdades, pero deberían de dar otras herramientas, nutrir la discusión o los parámetros desde donde se plantea, aportando en un sentido más constructivo.”

Durante estas semanas, las calles y radios de las localidades quebradeñas fueron un polvorín de argumentos encontrados al respecto. En algunas radios florecieron agravios, frases xenófobas y descalificaciones hacia una u otra participante. Estas expresiones hirientes sin duda despiertan odios y rencores que son muy negativos para las participantes y toda la sociedad.

¿Es necesario someter a estas adolescentes a este tipo de exposición? En momentos en que trastornos psíquicos como la bulimia y la anorexia son un problema de salud por los que atraviesan muchas adolescentes, no parece positivo hacer énfasis en patrones que, desde un supuesto ideal de belleza, se ponderan como ejes principales en esta fiesta estudiantil que se lleva a cabo en las instituciones educativas.

No es la primera vez que las elecciones de reinas en el departamento de Tilcara se ven ensuciadas por la intolerancia. Hace unos años se inició un escándalo al conocerse que la reina del departamento estaba embarazada durante su reinado. ¿Qué plantea esta discusión? ¿Una joven reina no puede ser bella y madre a la vez?

Esta es una manera clara de exclusión de las jóvenes que atraviesan por este tipo de situaciones. Si bien los nuevos lineamientos en las políticas educativas apuntan a que las alumnas no dejen de estudiar por su maternidad, brindando facilidades para garantizar que pueda continuar estudiando, la intolerancia y la mirada condenatoria de los otros terminan jugando un papel importante en la deserción escolar. En este sentido, la regla que limita que las candidatas embarazadas o madres puedan participar de este concurso constituye un acto de discriminación que entra en contradicción con la política educativa.

Varias veces se plantearon discusiones sobre el origen étnico de las monarcas, si eran o no representativas del “prototipo” de belleza local. En este mismo sentido, en otras oportunidades fueron objeto de crítica el color de pelo o de piel de las jóvenes seleccionadas. ¿Es correcto dividir fenotípicamente, según su aspecto, a quienes pueden o no representar a los estudiantes de nuestro pueblo? En esto se debería de tener un  parámetro liberado de prejuicios racistas al momento de realizar estos certámenes, más teniendo en cuenta que se hacen desde instituciones estatales.

Tampoco es de destacar la mirada machista que esconde el hecho de que la belleza sea una cualidad imputable únicamente al género femenino, reproduciendo y ubicando a la mujer en el lugar de mujer-objeto. El término «reina» refiere a una jefa de gobierno monárquico, o sea, la mujer más poderosa de una sociedad, y en este caso se lo usa para definir a la más bella del certamen. Por ello podemos interpretar que una joven bella es poderosa o que el poder de una mujer está en su estética y no en su inteligencia u otras virtudes.

¿Es la belleza un valor tan importante en nuestra sociedad? Sinceramente parece un despropósito que desde el estado y sus instituciones educativas se la coloque en alto como un valor a premiar mediante una competencia como esta. Debería de ser todo lo contrario; debería de proponerse, desde la educación, que la belleza es más bien irrelevante, o incluso fomentar la idea de que todas las personas son bellas.

Este año, el centro de estudiantes del IES N° 2, que seguía la tradición de elegir su reina, decidió que su semana se celebrará solo con un baile y una comilona. También la escuela N° 49 de Tilcara, ya desde el año pasado, propone una valiosa iniciativa: elegir a sus representantes por sus capacidades artísticas y no solo por cuestiones estéticas. De esta manera se rompen los parámetros de este certamen, de una forma inteligente que le quita dramatismo y le suma un aspecto más inclusivo.

Esta podría ser uno de las tantas opciones para inventar modificaciones que hagan de este evento una verdadera fiesta que ayude a formar una sociedad más tolerante y despojada de los prejuicios.

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