María Eugenia Mamaní es la esposa de Héctor, que trabaja hace 16 años en Aceros Zapla. En diálogo con El Submarino, describió: “Él está en el sector donde alzan el material con plato imantado. Una chapa en el verano es insoportable. Y a él no le pagan ni título ni insalubridad”.
“Es mentira que la empresa invierte”, afirmó.
“El gobierno no nos está escuchando y se nos están venciendo las facturas. Es muy preocupante”, describió la mujer, y cargó contra los medios que no quisieron recibir a las esposas de los trabajadores de Zapla para que relataran su situación y demintieran informaciones publicadas. “Dicen que los trabajadores piden el 71 por ciento de aumento, pero es una mentira más grande que una casa”, denunció.
Sobre las conversaciones que mantuvieron con funcionarios del gobierno provincial para que intervenga en el conflicto, aseguró que “no tienen la voluntad de solucionar, no les importa lo que pasa con nuestras familias”, y afirmó: “El secretario vino con la camiseta del empresario, porque es la política de este gobernador, agresivo y violento con los trabajadores. No son creíbles para nadie, son insensibles con todos los sectores. No interpretan la necesidad”.
Consultada acerca de los contactos con la empresa, recordó que la semana pasada no se hizo presente en la reunión realizada en el marco de la conciliación obligatoria. “Ellos pueden hacer lo que quieren”, se lamentó.
La protesta de los trabajadores de Aceros Zapla, que lleva casi 30 días, sumó el viernes la participación activa y protagónica de las esposas y familiares, además del apoyo del Frente de Gremios Estatales (FGE), que analiza una movilización provincial.
“Nosotros convocamos a todos, a los centros vecinales también, queremos hablar con el Obispo”, señaló Mamaní, y agregó: “Es una obligacion moral. Que alguien del Gobierno trate de solucionar esto, pero ellos no aparecen o solo vienen a amedrentar”.