“Desde que asumió el Frente Cambiemos, el gobierno nacional de Macri ha tomado graves medidas económicas que afectan la vida y la producción campesina indígena.
La reconcentración de la producción y comercialización de los alimentos es la principal causa del aumento inflacionario y especulativo de los precios de los alimentos que aplasta el derecho a la alimentación de los pueblos.
Grandes grupos empresarios de agronegocios, de exportación, pools de siembra, transnacionales mineras y los bancos como socios y aliados, festejan haber logrado imponer sus condiciones al pueblo argentino. Llevan a la miseria a los pequeños productores y trabajadores rurales, haciendo negocios a costa del deterioro del país, y fugando las extraordinarias ganancias que obtienen a sus países de origen o a sus paraísos fiscales.
Devaluar nuestra moneda y anular las retenciones que deben pagar los empresarios del campo, sólo beneficia a los sectores concentrados nacionales y extranjeras. Y para completar el desmadre, los aumentos de agua, luz, gas y transporte, sumados al incremento de más del 70 % en los alimentos, no hacen más que destrozar el consumo y los mercados internos locales y regionales de todo el país, aumentando la pobreza y la indigencia. Los sectores populares de las grandes ciudades y los pueblos quedarán cada vez más condenados a pagar lo que unos pocos grupos económicos decidan por los alimentos de cada día.
Mienten cuando dicen que las medidas económicas benefician a las economías regionales. Estas medidas sólo fortalecen la concentración de monopolios económicos de regiones y provincias (muchos de ellos transnacionales), donde la familia campesina y de los trabajadores rurales es explotada y expoliada, y debe vender su producto a precios que los lleva a la ruina. De esto pueden dar testimonio pequeños productores tabacaleros, yerbateros, pequeños criadores de ganado, horticultores, pequeños fruticultores, viñateros, lecheros, etc”.