Con la reiteración de su discurso de unidad de todos los panameños, Laurentino Cortizo se convirtió hoy en el cuadragésimo noveno presidente de Panamá, en medio de una crisis institucional y un contexto marcado por la desigualdad social.
‘El país de la bonanza no puede esconder el país de la miseria’, dijo al reconocer que las cifras muestran crecimiento económico, pero que se triplicó la deuda en el último decenio, ‘y se agravaron los grandes problemas nacionales’, afirmó.
Recordó la triste estadística de que es el sexto país más desigual del mundo, mientras señaló que el reto es hacer posible ‘el país próspero, de ley y orden, pero sobre todo justo: Panamá, el de las oportunidades para todos’.
Su mandato lo consideró un nuevo comienzo para rescatar la nación, y por ello se comprometió a dejar un legado de cimientos y ‘los pilares de un país mejor’, al tiempo que sentenció que ‘el trabajo dignifica’, por lo que se autotituló ‘el primer obrero del país’.
En un discurso de casi media hora, interrumpido múltiples veces por aplausos y vítores, Cortizo anunció sus primeras acciones, entre las cuales están enviar de inmediato a la Asamblea Nacional (AN) propuestas de cambios a la Constitución, una promesa múltiples veces incumplida por administraciones anteriores.
Tal vez el mensaje en Twitter de la hija del nuevo presidente, Carolina Cortizo, sea el mayor reto del estrenado mandatario: ‘Papá, hoy cumples tu sueño de ser el primer obrero de este país. Ahora te toca cumplirle el sueño a miles de panameños que esperan tener un mejor país’.
La ceremonia, retrasada por las elecciones de las autoridades parlamentarias de la nueva legislatura, estuvo precedida por una sesión de la AN, que, si bien inició sentando cátedra de unidad al seleccionar de forma unánime a Marco Castillero como su presidente, pronto deslució con contradicciones entre bancadas y diputados.
Castillero impuso la banda presidencial a Cortizo, en el acto protocolar efectuado en el Centro de Convenciones de Atlapa, ante miles de invitados, entre ellos jefes de estado y de gobierno y otras delegaciones internacionales.
En su discurso, el joven presidente de la AN, quien es del Partido Revolucionario Democrático (oficialista) recordó a la figura del general Omar Torrijos, de quien se llamó heredero, y expresó su confianza de que ‘vendrán mejores tiempos para el país’.
‘Hemos heredado un pasado inmediato accidentado, donde las decisiones acertadas se mezclaron con errores, muchos de ellos estimulados fuera de la Asamblea, con el celestino propósito de someter la voluntad de este órgano a requerimientos determinados’, denunció.
Como vicepresidenta de la AN, los diputados eligieron por mayoría a Zulay Rodríguez, también del PRD.