La corzuela fue rehabilitada en el Cafaju, al igual que muchos otros animales de distintas especies que son decomisados o encontrados heridos, y luego de alcanzar un estado de salud apto para la supervivencia y comprobar que pueden valerse por sus propios medios, son liberados.
Vale la pena recordar que desde pequeña la corzuela fue criada en una casa y domesticada. Por esa razón, cuando llegó al Centro era necesario rehabilitarla tratando de recuperar los comportamientos en contextos de silvestría.
No obstante haber realizado el esfuerzo suficiente y debido a que estuvo acostumbrada a la presencia del hombre, se concluyó que no se encontraba en condiciones para ser completamente liberada ya que el ser humano representa un riesgo para el animal.
Entonces, se procedió a liberarla en las veinte hectáreas del predio del CAFAJu, donde se encuentran otras corzuelas; dos de las cuales son hembras, y con las que el último ejemplar liberado podrá interactuar y hasta incluso reproducirse.