Este 29 de diciembre, uno de los integrantes de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Juan Carlos Maqueda deja el cargo por haber cumplido 75 años. De esta manera, el máximo tribunal quedará integrado solo por tres jueces: Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti.
Para evitar que haya problemas con la resolución de fallos, los cortesanos emitieron una acordada que, de paso, les garantiza resolver dos problemas. Por un lado, implementa un sistema rápido de elección de los conjueces, pero, sobre todo, consideran que de esta manera frenan la posibilidad de que el gobierno use esa situación para designar jueces en la Corte por decreto. No todos estuvieron de acuerdo ya que Lorenzetti emitió un voto en disidencia.
La salida del juez cordobés genera un inconveniente a la hora emitir un fallo porque, se sostiene, debe haber tres votos a favor para que haya mayoría.
Entonces, sin Maqueda, uno de los tres que no esté de acuerdo obtura la emisión de un fallo. Para evitar esa situación se debe recurrir a convocar un conjuez que son los presidentes de las Cámaras Federales de todo el país que se designan por sorteo.
Si no estuvieran disponible se recurre a una lista de abogados de la matrícula que deben tener el visto bueno del Senado. Para que eso se produzca con rapidez, Rosatti, Rosenkrantz y Maqueda firmaron una acordada donde se establece un mecanismo rápido para el sorteo de los conjueces y que los expedientes en curso no se detengan.
Lo que se dice en la Corte que el mecanismo elegido garantiza que un mismo conjuez siempre resolverá casos análogos y de esa manera se garantiza la seguridad jurídica.
En los tribunales se dice que esta acordada busca frenar una designación por decreto presidencial de nuevos miembros de la Corte. No parecen estar equivocado.
El miércoles pasado, el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona se expresó sobre este tema. «Es necesario completar para tener todos los jugadores y como jueces idóneos y demás, y yo creo que en breve lapso vamos a tener una solución en esa materia», dijo y dejó flotando la posibilidad de que esa solución sea a través de un decreto.
Sin embargo, la acordada de la Corte no contó el apoyo de Lorenzetti. “La urgencia pareciera estar dada por la necesidad de condicionar la llegada de otros dos nuevos jueces para integrar el tribunal”, escribió en lo que se considera una advertencia de que sus colegas quieren marcarle la cancha a Ariel Lijo y Manuel García Mansilla si llegan a ser designados para sumarse al plantel del cuarto piso del Palacio de la calle Talcahuano.
“Es inapropiado –continuó Lorenzetti– que jueces de la Corte pretendan condicionar a los próximos colegas, lo que se ha intentado hacer con una impresionante cantidad de decisiones y nombramientos durante todo el presente año”.