Mientras periodistas, manifestantes y algunos legisladores se contaban los balazos de goma y otros todavía eran atendidos en hospitales públicos, la Confederación General del Trabajo (CGT) anunció que levantó el paro nacional que había convocado para este viernes.
Los triunviros de la central obrera habían advertido que la medida de fuerza estaba atada a que el Congreso aprobara la reforma previsional este jueves, lo que hubiera vuelto inútil la huelga una vez sancionada la norma.
La sesión se levantó luego de una reunión que fue más breve de lo esperado y en la que hubo insultos, amenazas de golpes e idas y vueltas en torno a si había o no habúa quórum. Incluso apareció otra vez el fantasma del «diputrucho».
En tanto, la CGT señaló que pese a haber levantado el paro están «expectantes» sobre el desarrollo de los acontecimientos.