Decenas de miles de trabajadores de las las siete corporaciones sindicales más importantes de Brasil se movilizaron este primero de mayo y transformaron sus tradicionales consignas del Día de los Trabajadores para exigir la liberación del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Por primera vez desde el restablecimiento de la democracia, en 1985, este Primero de Mayo las centrales sindicales se concentraron juntas y bajo un mismo lema: “en defensa de los Derechos y por Lula libre”.
La mayor concentración de este martes fue en el centro de Curitiba y en los alrededores de la sede policial donde Lula cumple la orden de prisión bajo cargos de corrupción.
Las protestas en Curitiba se replicaron en Sao Paulo, Río de Janeiro y Brasilia, y en tantísimas ciudades de los principales estados del país.
Wagner Freitas, presidente de la Central Única de los Trabajadores (CUT), la mayor del país, reflexionó que “los trabajadores nunca sufrimos tanto con la pérdida de derechos, el desempleo y la vuelta de la miseria. Además de sufrir viendo al mejor presidente de la historia de Brasil en la condición de preso político”.
El exministro Fernando Haddad, uno de los principales líderes del Partido de los Trabajadores (PT), afirmó que “existe una conciencia cada vez mayor de que toda esa maniobra es para eliminar a Lula de la disputa de las elecciones de 2018”.
Además de pedir la liberación de Lula, los sindicatos también protestaron contra las reformas económicas y laborales puestas en marcha por el Gobierno del presidente no electo Michel Temer.
La vicepresidenta de la CUT, Carmen Foro, señaló que “todas las centrales comprenden que estamos viviendo un momento de ataque a la democracia y a los derechos de los trabajadores por un conjunto de reformas y medidas del Gobierno que retiraron derechos”.
Líderes políticos y de movimientos sociales denunciaron también este martes la violencia contra la izquierda y pusieron como ejemplo el ataque a tiros contra el campamento por la liberación de Lula en Curitiba, que dejó dos heridos, y el asesinato de la concejala Marielle Franco en Río de Janeiro.