El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, recibió el alta del Hospital Sirio-Libanés de Sao Paulo, donde fue ingresado de urgencia el martes 10 para tratar una hemorragia intracraneal.
«Estoy vivo, entero y con ganas de trabajar (…) tengo mucho trabajo que hacer», afirmó Lula en una breve declaración a la prensa al dejar el hospital, luciendo un sombrero con el que cubría la cicatriz que le dejó la cirugía en la cabeza.
Lula recibió el alta antes de lo previsto por el equipo médico, que inicialmente preveía que saldría del hospital el 16 o 17 de diciembre.
El presidente permanecerá en su casa de Sao Paulo al menos hasta el 19 de diciembre, cuando se someterá a una tomografía de control para verificar si puede volver a su rutina de trabajo en Brasilia.
«Vuelvo a casa ahora tranquilo, seguro de que estoy curado y de que tengo que cuidarme», comentó Lula, añadiendo que pasará las vacaciones de Navidad y Año Nuevo en casa, sin viajar a la playa.
Muito obrigado pelas orações. E quem só tem ódio, tá perdoado. Eu estou aqui, vivo, inteiro e com mais vontade de trabalhar.
El líder del equipo médico que lo trató en los últimos días, Roberto Kalil, explicó que Lula deberá mantener un reposo relativo durante unos 15 días, pero que podrá volver a su rutina diaria normal, con excepción de actividades físicas.
Lula, de 79 años, fue ingresado de urgencia en el Hospital Sirio-Libanés de Sao Paulo tras pasar con fuertes dolores de cabeza. El equipo médico constató que se trataba de una hemorragia intracraneana, de cerca de tres centímetros, por lo que fue operado rápidamente. Después fue sometido a una nueva intervención, de carácter preventivo, para evitar otro sangrado.
Los problemas de Lula en la cabeza derivan de un accidente doméstico que sufrió en octubre, cuando resbaló en el baño y se golpeó en la región de la nuca. Durante su ingreso hospitalario esta semana, los médicos subrayaron en todo momento que el tejido cerebral del presidente no se vio afectado y que no sufrirá secuelas.