En un -por lo menos- polémico encuentro, el presidente Mauricio Macri y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, recibieron este jueves en el despacho presidencial a Luis Chocobar, el efectivo de la Policía Local de Avellaneda que baleó y mató a un delincuente que ya había sido capturado e inmovilizado, tras haber apuñalado a un turista estadounidense, en el barrio porteño de La Boca. El policía fue procesado por homicidio, y embargado por 400 mil pesos, por la Justicia.
La polémica recae en que, tanto el Presidente como la ministra de Seguridad, tomaron cartas en el asunto ante una decisión determinada por un representante del Poder Judicial.
La resolución fue tomada por el juez Enrique Gustavo Velázquez, a cargo del Juzgado Nacional de Menores 1 de la Ciudad de Buenos Aires. La Justicia entiende que el policía se había «excedido» en el uso de su legítima defensa.
El hecho ocurrió el pasado 8 de diciembre, cuando el turista norteamericano Frank Joseph Wolek, de 60 años, caminaba por La Boca. Antes de llegar a Caminito, en Olavarría y Garibaldi, fue interceptado por dos delincuentes con fines de robo. La Policía de la Ciudad dice que, durante el asalto, uno de los dos ladrones apuñaló una decena de veces en el pecho al turista, quien cayó al suelo gravemente herido. Tras el ataque, ambos delincuentes salieron corriendo. Uno logró escapar, y el otro fue interceptado en Irala y Suárez por dos transeúntes que habían visto el ataque y lo retuvieron en el piso.
Poco después llegó al lugar Chocobar, vestido de civil, quien se identificó como policía y, según declaró después, disparó al delincuente en la zona abdominal porque éste hizo un gesto como si estuviera por sacar un arma mientras trataba de huir.
El joven, identificado como Pablo Kukok, de 18 años, fue trasladado al Hospital Argerich, donde fue operado por las lesiones sufridas en el hígado, intestino delgado y colon. Murió cinco días después.
El turista estadounidense recibió el alta 20 días después del robo, tras permanecer internado en terapia intensiva en el mismo centro de salud luego de ser operado de urgencia por haber sufrido lesiones en la aurícula izquierda y en el ventrículo derecho, un puntazo en cada pulmón y otras seis heridas.
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Cada 23 horas, un pibe asesinado por una bala del Estado. Ninguna de sus familias pudo acceder al Presidente, pero hoy lo consiguió inmediatamente este humilde servidor que mató como si nada, por inercia, por atrás…
No hay ningún error,
son la pesada herencia de Etchecolatz. pic.twitter.com/BrshCq7YtD— La Garganta Poderosa (@gargantapodero) February 2, 2018