El resultado del encuentro pareció inequívoco: en el caso de que la situación de Venezuela se desmadre y el presidente Nicolás Maduro no acepte el proceso de revocatoria a su mandato, la Argentina se comprometió a invocar la Carta Democrática del Mercosur para apartar a Caracas del bloque regional.
Macri recibió ayer en la Casa Rosada al opositor venezolano y gobernador del estado de Miranda. Fueron 47 minutos de una charla muy profunda y directa. Capriles le pidió al Presidente un «pleno apoyo» de la Argentina para poder avanzar en el proceso revocatorio de Maduro, que se resiste a cumplir esa instancia constitucional. De hecho, ayer el gobierno de Venezuela denunció ante el Tribunal Supremo de Justicia que la oposición cometió un «fraude brutal» al presentar 1,8 millones de firmas de ciudadanos para iniciar el trámite del referendo revocatorio del presidente.
Según consignaron a LA NACION fuentes calificadas del Gobierno, en la reunión con Macri, el opositor venezolano hizo una dura radiografía de lo que vive su país. «Estamos ante la peor crisis de nuestra historia, con falta de comida, medicamentos y todo tipo de insumos», dijo Capriles tras la reunión. Puertas adentro, el opositor venezolano alertó al Presidente que «si Venezuela explota, afectará a toda la región».
En este sentido, Capriles le pidió a Macri «que haya una solución constitucional». También le solicitó que la Argentina, al igual que el resto de los países latinoamericanos, «se plante firme en las instancias internacionales para que se respete la Constitución de Venezuela».
El relato desgarrador y las llamadas de alerta de Capriles, que horas antes repitió lo mismo en Paraguay ante el presidente Horacio Cartes, tuvieron efecto: Macri se comprometió a movilizar al Mercosur para plantear allí la Carta Democrática del Protocolo de Ushuaia, que prevé el apartamiento de un país miembro del bloque en el caso de que se irrumpa el orden democrático.
No se dieron detalles de la fecha concreta en que Macri llevaría este tema al Mercosur aunque fuentes diplomáticas de varios países admitieron ante LA NACION que el tema fue abordado en las últimas horas por Macri ante sus pares de Uruguay, Paraguay y Brasil.
«Hemos pedido a Maduro la instancia del llamado al diálogo desde la OEA. Pero si no hay respuestas será desde el Mercosur desde donde vamos a exigir un paso más, que es la invocación de la Carta Democrática del bloque», reveló un allegado a Macri. De esta manera, justificó la postura que llevó a la Organización de Estados Americanos la canciller Susana Malcorra hace 10 días para hacer desde allí un llamado al diálogo en Venezuela en detrimento de una postura más dura liderada por el titular de la OEA, Luis Almagro, que pide la imposición inmediata de la Carta Democrática a Caracas.
Tras reunirse con Macri, Capriles afirmó a la prensa que «no hay ningún giro» en la postura del presidente argentino respecto de la aplicación de la cláusula democrática en el marco de la OEA y reveló que le solicitó a Macri apoyo para «buscar una solución democrática, pacífica y constitucional» para la actual crisis de Venezuela. Es que Macri fue duramente cuestionado por un sector de la oposición venezolana por plantear en la OEA el llamado al diálogo mientras que en su campaña electoral exigía la imposición de la Carta Democrática contra Venezuela.
Entre el 20 y el 24 de junio, más de 1,8 millones de venezolanos a quienes les fueron validadas sus firmas a favor del referendo contra Maduro tendrán que ratificarlas en los 24 centros de votación que habilitará el Consejo Nacional Electoral venezolano. Tras esta primera fase, la oposición venezolana tendrá que recolectar más de cuatro millones de firmas para activar formalmente la consulta popular para exigir la renuncia de Maduro. Hasta ayer, el presidente de Venezuela no ponía reparos en ello, aunque la denuncia en el Tribunal Supremo de Justicia hizo pensar que resistirá el proceso motorizado por la oposición.
Capriles, al igual que el resto de los oponentes a Maduro, pide que esa revocatoria sea este año. Pero ese tiempo no se ajustaría a la realidad del presidente venezolano.